Trucos para que tu perro no te destroce la casa cuando se queda solo
Muchos canes sufren ansiedad por separación y arrasan con todo lo que encuentran a mano. Existen soluciones para evitarlo
Bruce, el perro, es el amo y señor de la casa de Óscar, el humano. Se quieren mucho, las cosas como son, pero lo cierto es que llegó a lo que hace unos meses era un hogar equilibrado y lo puso todo patas arriba, literalmente. Es un labrador de nueve meses con el espíritu de Springsteen que no lleva nada bien lo de quedarse solo, algo que pasa bastante a menudo cuando sus dueños tienen que dejarlo unas cuantas horas para irse a trabajar. Nada que no exceda lo normal, aunque él parece que no lo entiende así. Lo que le pasa a este perro es bastante común, está diagnosticado y se llama ansiedad por separación. Y lo que hace en casa cuando se tiene a sí mismo como única compañía también tiene un dictamen: suena rock and roll y arrasa el huracán Bruce.
Se ha ensañado con el sofá hasta conseguir dos lindos y enormes agujeros, se ha comido algunos cables, dos mandos de la televisión -y destruido sus pilas-, un par de cargadores de móvil, ha quitado -y masticado- las ruedas de los radiadores, se ha ensañado con los cojines, ha leído unos cuantos libros que ahora son ilegibles e irreconocibles y no se sabe muy bien cómo consiguió extraer la tarjeta del Plus de la televisión y la escondió tanto que nunca más se supo de ella. Lo de las plantas, desplumar a sus peluches o cargarse el riego automático del jardín entra dentro de lo normal, pero cuando su familia llega a casa y se encuentra las consecuencias del huracán solo tiene ganas de llorar. En lugar de eso, Óscar se puso en contacto con Almudena Escobar, una entrenadora de perros de asistencia y terapia -para personas con Alzheimer o niños con autismo, por ejemplo- que también ayuda en casos particulares. ¿Cómo evito que mi perro me destroce la casa? ¿Existen trucos para que se queden tranquilos mientras están solos?
“Hay dos cosas que el perro no sabe hacer: ir atado y quedarse solo. Pero es un animal gregario y colaborador, así que hay que entrenar su mente para enseñarle a estar tranquilo. Algunos se quedan en casa sin hacer nada pero otros sienten ansiedad por separación y te la destrozan. Lo que hay que tener claro es que no lo hacen por fastidiarte, es solo la manera que tienen de liberar su ansiedad”, explica Almudena, que está convencida de que con tiempo y dedicación el perro puede adaptarse perfectamente a todo lo que le pidas. Para empezar, hay que tener claras sus necesidades y luego hay que enseñarle que existe algo positivo en disfrutar de esos momentos de soledad. Almudena se puso manos a la obra con Bruce y propuso a Óscar y su familia varias pautas para conseguir que su hogar siguiera siendo un hogar entero cuando llegaban de trabajar.
1. Paseos enriquecidos. Está claro que deben salir a la calle cada cierto tiempo. Pero aparte de cerciorarse de que se cumplan sus necesidades fisiológicas es importante que el dueño no suelte al perro en un parque y se ponga a juguetear con su móvil. Al perro le encanta aprender cosas y el paseo es ideal para eso. “Puedes ir con algo de comida y enseñarle trucos, esconderle cosas para que las encuentre, que corra, que te encuentre a ti. No solo hay que cansar su cuerpo, también su mente. Después, cuando llegan a casa, lo que quieren es dormir y descansar. Pero necesitan sentirse activos”, explica la entrenadora de Bruce.
2. Si no tienes tiempo, hazte con un paseador de apoyo. Hay veces que el ritmo de nuestra vida impide que le dediquemos el tiempo que deberíamos a pasear a nuestro perro. No es que no queramos hacerlo o que no le queramos, simplemente no podemos estirar más las horas del día. En ese caso, cada vez hay más personas que se dedican a pasear perros por un módico precio (cinco euros la hora en el centro de Madrid, aunque a veces depende del tamaño y de si puede ir acompañado de otros canes o no). De esa manera te evitas que esté solo en casa demasiadas horas sin salir a la calle. También hay guarderías caninas para dejarlos allí durante varias horas, aunque evidentemente suelen ser algo más caras y no siempre son necesarias. Con un paseo extra muchas veces se soluciona su necesidad de salir a hacer sus necesidades y de sentirse activos.
3. El famoso Kong, una maravilla. El kong es ese juguete de plástico de diferentes tamaños (y colores) que sirve para introducirles comida dentro y que se entretengan sacándola cuando tú no estás. “Es importante que no sea un juguete más, deben asociarlo a cuando se quedan solos. Y también es importante rellenarlo de algo que no suelan comer a menudo, es decir, si le metes pienso no sirve de nada, tiene que ser algo que les encante y que sea especial para ellos”, explica Almudena. Y no hace falta rellenarlo de esas pastas que venden para perros que son carísimas. “Yo lo que hago es machacar unas sardinas de lata en aceite de oliva hasta que sean una pasta, relleno el kong y luego lo meto en el congelador. Y cuando sales de casa, aunque sea cinco minutos, se lo das. Cuando vuelves se lo quitas y lo vuelves a guardar en el congelador. Y así todo el rato, independientemente del tiempo que estés fuera. Al final, para ellos que te vayas de casa estará asociado a ese momento en el que tienen algo que les encanta, es decir, será algo positivo”.
4. Esconderles algunos premios por la casa. Pueden ser chucherías para ellos o esos huesos que venden con los que se tiran horas y horas dale que te pego. Si se lo escondes, para ellos es un juego, activan su mente y el perro en lugar de dormir o aburrirse se entretiene ejercitando su olfato y su ingenio. Cuando lo encuentran, en lugar de ensañarse con el sofá se dedican en cuerpo y alma a su presa.
5. El Vicks Vaporub sirve para algo más que respirar bien. La mayoría de perros odian con todas sus fuerzas esta sustancia que los humanos utilizamos cuando estamos resfriados. “Para ellos no es tóxico, así que si se unta un poco en esas zonas más castigadas por ellos puede ser una solución perfecta. En el sofá, en los muebles, en la pared… da igual, en cuanto se acercan al Vicks Vaporub salen despavoridos. También vale el ser bálsamo de tigre, tiene el mismo efecto. Y si se lo comen, porque también es verdad que a algún loco le gusta, todo lo que les puede pasar es que empiecen a respirar mejor”.
6. Los trozos de limón, para los ladrones de comida. Si tienes un perro que coge de la encimera de la cocina o de la mesa todo lo que encuentra, lo mejor que puedes hacer es ponerle trampas. No soportan el cítrico y si dejas a su alcance algunos gajos de limón conseguirás que se le quiten las ganas de seguir robando comida que no le está permitida.
7. Los juegos de inteligencia. El caso es mantener su mente ocupada. Hace tiempo, los perros tenían que buscarse la vida para subsistir , pero desde que viven en nuestras casas se les da todo hecho: la comida, la cama, los paseos… “Así que no hay nada mejor que los juegos cognitivos para activar su mente. Consisten básicamente en incentivar su ingenio para conseguir premios utilizando el olfato, las patas y/o el hocico. Tienen diferentes niveles y como es lógico lo ideal es empezar por el más bajo, por muy listo que creamos que es nuestro perro, para que no se frustren”, cuenta la entrenadora. Al principio se debe jugar con ellos, para asegurarse de que han entendido lo que tienen que hacer. Suelen tener pequeños premios escondidos dentro del juego y deberán deslizar algunas piezas para llegar a ellos. Son bastante resistentes y nada tóxicos. Y, además de mantenerles entretenidos un buen rato, consiguen reducir el nivel de ansiedad por separación. “Y si hay alguien que no quiere gastarse el dinero en comprar uno de estos juegos, entonces puede apelar al ingenio propio y construirlo… por ejemplo con un tupper resistente que se pueda agujerear e introducir pequeños trozos de salchicha. Es importante que le cueste conseguirlos pero que no sea imposible”.
Bruce llegó a la vida de Óscar cuando tenía tres meses, y tras varios huracanes y la ayuda de Almudena su familia ha conseguido que el estrés que sufre cuando se queda solo se reduzca considerablemente. Al final, lo mejor es aplicar el sentido común y, como es normal, tener mucha paciencia con los cachorros. Ya no le dejan los mandos de la televisión a mano, le esconden los cables o todo aquello que es susceptible de sufrir ataques indiscriminados y se queda con varias cosas con las que entretenerse un buen rato, como el kong relleno y congelado y algunos premios escondidos por toda la casa. Almudena aportó algunos trucos para conseguir que estuviera más tranquilo. A él le sirvieron casi todos , pero, en el fondo, lo mejor es que cada uno conozca las necesidades de su perro e invente soluciones para que reine la armonía. Eso sí, Bruce mantiene el espíritu de Springsteen. El rock and roll le viene de serie: una actividad por encima de lo normal le obliga a mover las caderas frenéticamente, corre, juega, muerde, se cansa... pero sin destrozos huracanados de por medio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.