_
_
_
_
Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa
_

Un barrio en lugar de un bloque

Anatxu Zabalbeascoa

FOTO: David Frutos

Tres arquitectos alicantinos han terminado en Viena un conjunto de viviendas sociales que quiere dejar atrás los bloques para convertirse en un barrio con identidad propia. Vicente Iborra, Iván Capdevila y Javier Yáñez han tardado 13 años en levantarlo. Han sido lustros de negociaciones, cambios, trabajo y finalmente, construcción. Este es el nuevo barrio. Les contamos su historia.

Todo empezó con un concurso. En 2003 Iborra, Capdevila y Yañez tenían 25 años. Juntos ganaron un concurso Europan 7 para levantar en la periferia de Viena un conjunto de viviendas en un solar triangular. Lo han terminado unidos, pero en este tiempo también ellos han cambiado. Yáñez se separó del grupo para fundar el estudio Yes. Mientras, Capdevila e Iborra consolidaron playstudio.

Ambos despachos recuerdan que partieron de la hostilidad del lugar. En afrontarla basaron su estrategia. La parcela estaba rodeada de intenso tráfico, flanqueada por una línea de metro elevada y atravesada por una línea eléctrica de alta tensión “¿Se puede pedir más?”, bromean los arquitectos. “Era el típico resto de terreno generado por las propias estructuras que lo rodean”. Estos proyectistas vieron ese resto sin potencial inmobiliario como su oportunidad para generar un nuevo tipo de vida en las afueras de la ciudad.

Viena está rodeada de campos de cultivo, y la planta de su nuevo vecindario alude a esa circunstancia. Los arquitectos españoles tomaron la idea del parcelamiento irregular de los cultivos y esa irregularidad terminó convirtiéndose en una estrategia para la flexibilidad y los cambios durante 13 años. El proyecto final, que se comenzó a construir en 2013, aumentó la densidad y la altura de las viviendas para marcar una referencia de barrio y para extender la ciudad convirtiéndola en espacio público, abierto. Por eso ahora, uno puede atravesarlo para llegar hasta la parada del metro.

Con la altura de algunos inmuebles aparecieron las vistas sobre la ciudad. Y con el ajardinamiento, una “segunda oportunidad para el solar”, cuentan.

La parte baja del complejo es cívica: comercial y de contacto social. La parte media “importa viviendas mediterráneas con patio para quienes prefieren vivir con los pies tocando el suelo y con un pedazo de cielo recortado en el patio”, explican.

Las cuatro torres concentran las mejores vistas. Todo el barrio está unido por el tono amarillo que, sumado a las tradicionales fachadas enfoscadas de la ciudad, dota de identidad al distrito 23 de la capital austriaca.

Precio por metro cuadrado: 1.450 euros

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_