¿Cómo cuentan las series la violencia contra la mujer?
El acoso, los golpes, la omertá en torno a las palizas en casa, los abusos... El modo en el que se abordan estos problemas en la ficción televisiva es muy diverso
El 12 de junio de 1994 Nicole Simpson y Ronald Goldman fueron hallados muertos de forma violenta en la casa de ella en Los Ángeles. Habían sido apuñalados y degollados. La policía arrestó al exmarido de Nicole, la gran estrella de fútbol americano O.J. Simpson. La tesis de la fiscalía, refrendada por multitud de evidencias, fue siempre la de que se trataba de un crimen machista motivado por los celos y la agresividad del ídolo americano. La defensa solicitó que no se tuvieran en cuenta el más de medio centenar de agresiones registradas por parte de Simpson a su expareja porque eso solo trataba de "introducir la evidencia de que su cliente es una mala persona, pero no de probar que es un homicida". Acabó siendo absuelto.
Este año dos series, una documental y la otra de ficción, la primera temporada de American Crime Story, rememoran el juicio más mediático de la historia que debía discernir si Nicole Simpson y su acompañante habían sido dos nuevas víctimas de la violencia machista. La fiscal a la que se le asignó este caso, Marcia Clark, se convirtió durante los nueve meses que duró el proceso en objeto de análisis por la longitud de sus faldas, sus cortes de pelo, su habilidad a la hora de maquillarse, su pasado sentimental y su capacidad como madre. El capítulo de American Crime Story titulado Marcia, Marcia, Marcia refleja al acoso al que fue sometida la fiscal por el simple hecho de ser mujer. Clark tuvo que aguantar comentarios jocosos del juez sobre su peinado, los abogados de la acusación criticaron duramente que ella solicitara que una sesión no se alargara porque debía cuidar de sus hijos esa noche y su primer exmarido filtró en pleno proceso una foto de ella el top-less.
La violencia y agresiones machistas se han colado en la ficción televisiva a medida que el problema se hacía más visible en la sociedad y los medios. La forma de tratar esta problemática muestra también esa evolución. Uno de los motivos de que la violencia contra las mujeres haya comenzado a formar parte de las tramas de las series puede ser el aumento del peso femenino en las historias, tal y como apunta la profesora de la Universidad de Michigan Amanda Lotz en su libro Redesigning Women: Television after the Network Era: "El éxito de varios personajes femeninos y los cambios en el negocio de la televisión ha conducido a redefinir el papel de la mujer en la televisión". La autora habla de como personajes como el de Xena, la princesa guerrera mostraron a un nuevo tipo de mujer más allá de su papel de madre y esposa.
The Walking Dead tiene en su elenco de protagonistas a una nueva princesa guerrera. El personaje de Carol es uno de los que más interés suscita por su enorme evolución: de mujer reprimida y maltratada a personaje independiente y luchador, con ciertos tintes oscuros, eso sí.
En Juego de Tronos se puede ver desde una agresión sexual al lado de un cadáver, hasta una prostituta con una flecha clavada en el corazón por el capricho de un rey malvado. Los espectadores están acostumbrados a todo tipo de escenas truculentas, pero la violación de Sansa Stark llegó a soliviantar a una senadora de Estados Unidos, Claire McCaskill , que lanzó un tuit en el que declaraba que no vería más la serie. La versión estadounidense de Vanity Fair publicó un artículo titulado Juego de Tronos no debería haber llegado hasta allí con Sansa Stark, en el que criticaba la secuencia. "¿Tenía que haber sido una violación lo que hundiera a Sansa? ¿Es eso realmente el único horror que Juego de tronos puede imaginar para sus personajes femeninos?", se pregunta al autor del texto.
El tema llegó hasta el festival internacional de televisión de Edimburgo donde el director de contenidos de Sky, Gary Davey, se defendió de las críticas argumentando que "no tienen sentido". "También hay violencia contra los hombres en la serie. La violencia contra las mujeres es solo parte de la historia", aseguró.
Una de las ficciones a las que se ha calificado como feministas, Orange is the new black, no deja pasar la oportunidad de tratar este tema. La serie, inspirada en libro que escribió Pipper Kerman sobre el año que pasó en una cárcel de mujeres, denuncia con esta trama el sometimiento de las reclusas a uno de los guardias por la situación de desigualdad y necesidad en la que se encuentran. George Méndez es un empleado de la seguridad de la prisión corrupto que introduce droga en el edificio a cambio de favores sexuales. Cuando una de las mujeres muere por una sobredosis, el resto de ellas deciden vengarse de la manera más dolorosa para una de ellas. Daya tiene que seducirle para mantener relaciones con él para que le pillen in fraganti y le suspendan.
El libro Feminist Perspectives on Orange Is the New Black habla de que esta es la manera con la que esta ficción presenta la cultura de la violación, es decir la asimilación y normalización de las agresiones sexuales a las mujeres por parte de la sociedad: "Muchas de las tramas de esta serie hablan de la falta de conocimiento de las mujeres sobre su cuerpo y sobre su vulnerabilidad a sufrir agresiones sexuales".
También hay ejemplos en las series españolas sobre el modo en el que la sociedad ha abordado esta problemática. Desde la indiferencia, hasta la denuncia, pasando por la sensibilización.
En esta escena de Cuéntame cómo pasó se describe la omertá en todo lo que concierne a los malos tratos, esa situación en la que todo el mundo sabe lo que pasa, aunque nadie haga nada.
La televisión también puede servir para concienciar sobre la problemática y a eso se dirigía este capítulo de Hospital Central, una de las series más longevas de la parrilla española, cuando dedicó una de las tramas al maltrato psicológico.
El informe de 2012 Las mujeres en la ficción televisiva española de prime time, del Observatorio Audiovisual de Identidades de la Universidad Internacional de La Rioja se concluye que el papel de la mujer en la televisión española ha dejado de ser esclusivamente el de "señora de", pero que todavía persisten los roles de mujeres masculinizadas o chonis. Aun así, es optimista con respecto a la ficción nacional: "Se ha inoculado un respeto por algunos aspectos de la condición de la mujer, y se puede considerar ofensivo presentarla como abiertamente incapaz o estúpida frente al hombre. Este contexto también se acompaña por una preocupación respecto a los malos tratos".
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