Infancia aniquilada
El pasado 20 de noviembre celebramos el Día Universal del Niño. Para conmemorarlo, en Siria bombardearon un colegio en Alepo, acabando con la vida de 10 pequeños. Los menores heridos fueron derivados a un hospital, donde tampoco se librarán del acoso de la aviación y los barriles de explosivos. Los que no sucumban a la gravedad de sus heridas recibirán el alta, pero nada impedirá que perezcan en el bombardeo de sus hogares, si es que quedan en pie. Su situación no mejoraría en cualquier campo de refugiados de las islas griegas, de sobrevivir al naufragio en aguas del Mediterráneo. Lloramos con Aylan, nos estremecimos con Omran, pero el castigo a los niños no cesa en un dislate estratégico entre coaliciones espurias de potencias militares que se escudan en la lucha contra el terrorismo para justificar el horror y la sangre derramada de miles de inocentes. Desde los pasillos del colegio, Mickey Mouse sonríe como si nada hubiese pasado, esperando las alegres risas de los niños, ahogadas para siempre en un conflicto inútil, pero muy provechoso para los señores de la guerra.— Carmen Vallejo. Redondela (Pontevedra).
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