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El imperdible, un símbolo contra Trump

Lucir este accesorio, propio de la cultura punk, en la solapa identifica a aquellos que están en contra de las políticas excluyentes del presidente electo de EE UU

El actor Patrick Stewart con un imperdible.
El actor Patrick Stewart con un imperdible.

Con un gesto tan sencillo como el de incorporar un pequeño imperdible en su solapa, miles de estadounidenses señalan que están al lado de aquellos a los que Donald Trump ha atacado duramente durante su campaña. Tras la escalada de ataques racistas y homófobos que se han reportado con la inminente llegada a la Casa Blanca de la política excluyente del magnate republicano, el imperdible se ha convertido en símbolo de protección con el que las personas que lo lucen están diciendo: “Si eres musulmán, una mujer, perteneces al colectivo LGBQ, eres negro, latino, trans o un inmigrante, aquí estoy. Conmigo estás a salvo.”

El imperdible, este accesorio punzante que ya usaban los griegos para sujetar y decorar sus túnicas, que los punks entronaron como símbolo de provocación para perforar sus prendas y tatuar sus brazos y que Gianni Versace llevó al terreno del lujo rematando sugerentes aberturas, lo inventó tal y como lo conocemos hoy Walter Hunt. Este ingeniero estadounidense, conocido también por haber sido el artífice de la primera máquina de coser en Estados Unidos, dio con el genial artilugio en 1849 un día que jugaba con un alambre.

La campaña del imperdible contra Trump.
La campaña del imperdible contra Trump.

Ese mismo país que lo vio nacer lo reivindica ahora replicando el imperdible solidario y viral que adoptaron muchos británicos tras el Brexit como muestra de apoyo hacia los inmigrantes. Y es que después de la votación que sacó a Inglaterra de la Unión Europea los incidentes xenófobos declarados se incrementaron en un 57%. La idea la tuvo el 26 de junio una señora estadounidense residente en Inglaterra tras ver en la televisión como algunos inmigrantes habían sido increpados en trenes y autobuses: “Pensé, ¿cómo podemos mostrar en público que estamos con ellos? No queríamos forzar a la gente a tener que comprar algo así que pensé ¿por qué no un imperdible? La mayoría tenemos alguno en casa”, decía a The Guardian.

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👊🏻👊🏼👊🏽👊🏾👊🏿 #safe

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Cinco meses después el hashtag, #safetypin cruza el charco y se convierte tras el inesperado ascenso de Donald Trump a la Casa Blanca en accesorio imprescindible para aquellos que no se resignan a la violencia que se ha instalado en el ambiente. Mientras Vogue lo celebra y le saca rédito en su post “10 formas de vestir los imperdibles post-electorales y mostrar tu apoyo”, animando incluso a los no estadounidenses a lucirlo como una forma de protesta “discreta y personal para apoyar a tus colegas estadounidenses”, algunos medios se hacían eco de las primeras críticas: “Las personas marginadas conocen muy bien la vieja historia de gente blanca que se autodenominan aliados mientras no hacen nada para ayudar” reflexionaba un columnista en The Hufftington Post. Por su parte, Buzzfeed, además de críticas, recogía tuits donde se pedía que el imperdible solo tenía sentido si venía acompañado de acción.

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To anyone threatened by hate and fear. #SafetyPin

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