_
_
_
_
PORQUE LO DIGO YO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Llamadme gilipollas

Qué oportunidad más maravillosa para darme autobombo y proyectar, aprovechando esta excusa, lo que pienso de mí mismo y de mi obra

Pablo Motos, Ernesto Sevilla y Joaquin Reyes, en 'El Hormiguero' el pasado mes de enero.
Pablo Motos, Ernesto Sevilla y Joaquin Reyes, en 'El Hormiguero' el pasado mes de enero.cordon press

Me encantaría que un compañero de profesión me llamara gilipollas —formulándolo como una broma, claro—. No en un corrillo rodeado de las risotadas cómplices de sus amigotes, sino en un programa de máxima audiencia. Seguro que motivos no le faltarían porque, aunque soy una persona brillante, he podido hacer algo —un anuncio, una entrevista— donde lo haya parecido. Suele pasar que siendo así, el interesado es el último en darse cuenta; me vendría bien pues oírlo de otra persona. Pero una vez sucediera me haría el ofendido y manifestaría rápidamente mi indignación a través de las redes sociales. En mi respuesta antepondría mis buenas acciones —una vez para una subasta benéfica doné una acuarela por que la que pagaron 20 “eurazos”—, haciendo patente lo injusto del apelativo. En el caso de que el emisor se arrepintiera y mostrara sus disculpas, no serían aceptadas. Redundaría en el hecho; haciendo conjeturas sobre el motivo. Insinuando que esa persona hablaba por boca de otra más poderosa. Que el exabrupto podría ser fruto de una campaña orquestada para desprestigiarme, porque soy alguien incómodo; alguien a quien se teme, se envidia… Qué oportunidad más maravillosa para darme autobombo y proyectar, aprovechando esta excusa, lo que pienso de mí mismo y de mi obra.

Así es que, compañeros, no os cortéis y si alguna vez —que no sería raro— vais a divertiros a El Hormiguero: llamadme gilipollas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_