Siglo XVIII. Óleo sobre lienzo, 101 x 76 cm.
Copia de gran calidad, en la que aparece el pintor sevillano de medio cuerpo en un marco oval, situando la figura en un marco ilusionista, con efectos de trampantojo. Tobar se basó en uno de los autorretratos de Murillo, realizado en edad adulta y que el artista pintó para sus hijos, adquirido luego por Nicolás de Omazur, pasando luego a propiedad del conde de Spencer (Althorp House), que mide 1,25 x 1,07 y que en la actualidad se encuentra en la National Gallery de Londres. Existen además otras copias del autorretrato original de Murillo, sobre todo una versión conservada en el Prado, que parece inspirada no tanto el original de la National Gallery, sino en el grabado que Omazur encargó a Richard Collin en 1682, para lo que hizo enviar este retrato a Amberes.