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Subjetivamente
Columna
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Maridos y mujeres

Las bodas se han convertido en el gran momento de los que no tienen otro. Pippa Middleton, la hermana de la duquesa de Cambridge, planifica la suya y ya se especula sobre si su hermana será su dama de honor

La actriz Macarena Gómez y su marido Aldo Comas en la boda de Julio Mario Santo Domingo.
La actriz Macarena Gómez y su marido Aldo Comas en la boda de Julio Mario Santo Domingo.INSTAGRAM

Aldo Comas, el ‘it bro’

No es actor, no es cocinero, no es futbolista… Es Aldo Comas. “Paracaidista. Cantante de San Leon. Realizador. Gala, Dios y las pesetas”. Así se presenta él en sus redes sociales, que son la tarjeta de visita de 2016, con más fotos. No vamos a cometer la ordinariez de presentarlo como el marido de la actriz Macarena Gómez, porque Aldo Comas, personaje singular en este panorama desolador de cuatro gatos, es Aldo Comas, el único y genuino jet setter que tenemos por aquí.

El chico de moda acapara páginas en la boda de un Santo Domingo que se ha casado entre amiguetes de cole suizo (en Halloween) disfrazado de algo que no era Heidi Klum. La flamante esposa iba vestida por el diseñador de cabecera de Lady Gaga. Aldo, el mejor.

Pippa, la ‘it sister’

Las bodas se han convertido en el gran momento de los que no tienen otro. Pippa Middleton, la hermana de la duquesa de Cambridge, planifica la suya para, según los expertos de las BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones), la próxima primavera. Ya se especula sobre si su hermana, futura reina de Inglaterra, será, en reciprocidad, su dama de honor. Para los vestidos, lo que se lleva es, más que el estilo isabelino, el victoriano: manga larga, muy larga, cuellos hasta el ídem y brillos, solo en Miami. En Londres, jamás.

Y el ‘it husband

No se entiende que haya tantas prisas por casarse, con lo mal que salen los maridos últimamente. Maridos tóxicos, como el expolítico Anthony Weiner, el de Huma Abedin. La asesora de HRC, o Hillary Rodham Clinton, que ha tenido que tragar sapos y culebras en forma de fotos, mensajes y otras zarandajas sexuales de su futuro ex.

A ella se le puede caer el pelo por compartir el ordenador. Desde hace unos años es tendencia —si hay metros y posibles— que cada uno, su cuarto de baño, y va ser que con razón.

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