_
_
_
_

El Sanpol, más que teatro infantil

En cartelera, musicales como 'El Jorobado de Notre Dame' o 'Caperucita Roja'

Había una vez un país llamado España en el que el público infantil parecía no ser una prioridad para los grandes teatros y compañías. Solo el director Ángel Fernández Montesinos se había atrevido a dignificar el género anteriormente. Así, en mitad de una sequía absoluta en este campo, en 1984 inicia su actividad el Teatro Sanpol, único espacio del país dedicado en exclusiva a los musicales para toda la familia. Julio Jaime Fischtel fue el artífice, quien tenía la mirada puesta desde hace muchos años en el local, hasta entonces cine de la calle Sanpol de Mar. Cuando vio la ocasión no dudó en coger las riendas y convertirlo en la casa del teatro musical familiar. En esa tarea, estuvo a su lado Ana María Boudeguer, directora artística del Sanpol.

La campaña escolar, clave del éxito del Sanpol

En los ochenta, convencer a los colegios de la importancia de llevar a los niños al teatro era casi imposible. En ese empeño, Fischtel decidió intentarlo puerta por puerta, colegio por colegio, mandando una carta a cada uno. Costó que los centros lo entendieran, pero al final la campaña escolar y el Sanpol echaron a andar con gran éxito: "Tenemos miles de jóvenes amigos para los que Sanpol fue, y es, una constante en su formación cultural y artística. Y eso lo agradecemos a cientos de maestros que nos apoyan y confían en nuestros proyectos. Para ellos, desde aquí, un abrazo y el más sincero agradecimiento”, dice Fischtel, quien, cada día, sigue recibiendo a los escolares antes de la función y les explica cómo deben comportarse durante las funciones de espectáculos como El Jorobado de Notre Dame.

"No queremos perder la curiosidad, la audacia, la pasión, la alegría ni la imaginación que compartimos día a día con las cerca de 500 personitas que llegan a nosotros para ver los espectáculos que, con cariño, les hemos preparado. Y que, casi siempre, se convierte en un hermoso recuerdo que les acompaña toda la vida". Con la mirada puesta en el futuro de Sanpol, conserva la pasión intacta por contar historias para toda la familia.

Actualmente, la sala programa uno de sus espectáculos más emblemáticos de su compañía, La Bicicleta: El Jorobado de Notre Dame. Los niños escuchan las palabras del fundador de la sala justo antes de levantarse el telón. La historia de Quasiamodo y Esmeralda toma forma sobre el escenario para asombro de los más pequeños que se maravillan con una cuidada escenografía que recrea la Catedral de Notre Dame. En un momento, Esmeralda salta del escenario y corre perseguida entre el público: “¡Ala, es de verdad!”, comenta un niño que acostumbrado a la pantalla del cine o la televisión, descubre con emoción por primera vez la magia de la escena. Hay otro momento romántico (maravillosa espontaneidad de los niños) entre Esmeralda y el capitán que le provoca sonrojo: “Voy a cerrar los ojos y a taparme los oídos hasta que acabe, ¡Qué vergüenza!” comenta divertido ante la sonrisa cómplice de sus acompañantes adultos. Al final, el respetable, el público infantil aplaude con ilusión a los actores que han dado vida a los personajes creados por Víctor Hugo.

Además de las producciones propias, Sanpol da oportunidad a otras compañías de solvencia demostrada en los escenarios. Es el caso de la compañía Mic Mic que presenta una versión musical muy especial del cuento de Los Tres Cerditos bajo la dirección de Alberto Arcos. Niños muy pequeñitos están en la sala para verlo. Sin duda, cuando más disfrutan es cuando la abuelita sale del escenario y les ofrece hacerles una bufanda de lana. Las risas son sonoras cuando le da una buena tunda de palos al lobo: “Se lo merece” grita más de un niño desde el repleto patio de butacas.

Desde su apertura, en el teatro San Pol, han participado 34 campañas escolares, más de 415 espectáculos realizados por 230 compañías y la participación de 1.300 actores y técnicos. Se han realizado 8.700 funciones con una asistencia superior a los 3.200.000 espectadores. Ese 'milagro' ha sido posible gracias a un espacio escénico en las mejores condiciones técnicas para acercar el teatro a todos los públicos: el escenario es a la italiana con 12 metros de boca por 8,20 metros de fondo. Impresionantes cifras para un espacio cuyo trabajo ha sido reconocido con importantes reconocimientos como el Premio Nacional de Teatro para niños de Assitej (Asociación Española para el Teatro para niños y la Juventud), varias de sus obras han contado con el “Premio del Teatro Musical” por la apuesta decidida de la Compañía La Bicicleta por los espectáculos musicales dedicados especialmente a la familia y varias nominaciones a los Premios Max.

Uno de los puntos álgidos de la trayectoria de la sala fue la representación del musical Los Fantastikos con el que dieron sus primeros pasos dos grandes estrellas del género como Armando Pita y Geraldine Larrosa (Innocence). Una apuesta personal de Fischtel que se enamoró del musical en cuanto lo vio en Broadway y que espera algún día recuperar.

Nos colamos en los ensayos de 'Caperucita roja'

Caperucita Roja tiene 16 años y su madre que es viuda no comprende que su hija se hace mayor y tiene que dejarla volar. En este viaje descubriremos valores tan importantes como el amor de juventud, la amistad y la importancia de la familia en nuestras vidas. Quim Capdevila propuso al equipo del Sanpol esta vuelta de tuerca al clásico cuento junto al compositor Jaume Carreras. Comenta que desde el principio, el equipo del teatro se entusiasmó con un proyecto que consistió en: "Poder encontrar una historia musical cantada que pueda seducir a grandes y pequeños para que comprendan que el lobo no es malo, si no que él forma parte del equilibrio".

La música atrapa al espectador en esta mágico bosque: "Todo el mundo sale cantando: 'En el bosque mágico siempre brilla el sol' ", comenta satisfecho Capdevilla, al que también vemos como actor en El Jorobado de Notre Dame y que aquí ejerce de director. Sobre el escenario nos encontramos árboles gigantes de más de cinco metros, a las cuales incluso se pueden subir mientras se deslizan por el escenario. Y por supuesto no falta la casa de la abuelita y unas espectaculares proyecciones que harán revivir a los pequeños espectadores la magia del cuento. Natasha Fischtel ha cogido de alguna forma el relevo generacional del teatro con apuestas como esta Caperucita Roja que cuenta con un equipo en el que no faltan algunos nombres de la casa como Ana María Boudeguer que se encarga de la dramaturgia y Chechu García, al frente del espacio escénico y los audiovisuales.

Aunque la función ya fue estrenada el 23 de enero del 2016, lo hizo en 20 funciones previas que vieron 11.700 espectadores y que sirvieron de espaldarazo para la temporada que comienza el espectáculo el próximo 26 de noviembre hasta el 26 de enero de 2017

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_