Mariano Fortuny y Madrazo cerró con broche de oro la historia de dos familias de artistas. Fue pintor, escultor, fotógrafo y escenógrafo, pero el mundo se rindió ante su genio como autor de telas y vestidos. Entre ellos, la túnica Delphos, emblema del talento de uno de los creadores más influyentes de la primera mitad del XX.