Le Pen padre, Le Pen hija: de tal palo, tal astilla
El Parlamento europeo levanta la inmunidad al eurodiputado y estudia hacer lo mismo con la lider del Frente Nacional por incitación al odio
El Parlamento Europeo retiró el martes pasado la inmunidad parlamentaria al diputado del Frente Nacional Jean-Marie Le Pen para ser juzgado por incitar al odio racial. Es la cuarta vez desde que entró en la Eurocámara en 1984 que se le retira la inmunidad, siempre por declaraciones racistas o xenófobas. En esta ocasión debe responder por un vídeo de 2014 en el que, refiriéndose a varios cantantes, entre ellos Patrick Bruel, de ascendencia judía, dijo: “La próxima vez, con una carga de horno será suficiente”. Se refería a los hornos crematorios. Manifestaciones de esta naturaleza exceden con mucho los límites de la libertad de expresión. Son un delito y, según la Cámara, la inmunidad parlamentaria no puede dar carta blanca para la calumnia, la difamación o la incitación al odio. Pero los problemas de Le Pen no acaban ahí. El viejo eurodiputado tiene la mitad del salario embargado tras la investigación sobre las actividades de su asistente que reveló gastos injustificados por valor de 320.000 euros, que se ha negado a devolver.
Podría decirse que, genio y figura, este tipo de excesos forman parte del ADN del extravagante político francés, pero en realidad forman parte del ADN de toda la extrema derecha europea. Criminalizar al extranjero es la estrategia que utiliza para capitalizar el malestar que la globalización provoca en los perdedores de la crisis. Y su hija ha resultado ser una “digna sucesora”. La Eurocámara retiró ya en 2013 la inmunidad a la “moderada” (en relación con su padre) Marine Le Pen por manifestaciones racistas y el departamento jurídico estudia una nueva petición para que responda en un juicio por incitación al odio. Marine fue menos zafia pero igual de explícita al señalar al “enemigo” cuando afirmó que no había tanta diferencia entre la “invasión” de los soldados nazis y la de los musulmanes que llenan las calles de Francia.
Padre e hija coinciden en el grupo parlamentario de extrema derecha. Jean-Marie asegura que no se hablan desde que su hija le expulsó del partido en 2015, tres años después de haberle sucedido, alegando precisamente que sus excesos verbales perjudicaban el proyecto político del Frente Nacional. Ambos participan sin embargo en las campañas xenófobas y contra la UE que protagoniza la extrema derecha desde el corazón mismo del malherido proyecto europeo. Y no parece que, a sus 88 años, el anciano Le Pen piense en la retirada. Al contrario, ha dicho que va a presentarse a las próximas legislativas francesas, compitiendo con su hija. Le Pen padre ha dicho a Le Pen hija que si quiere acallarle, contrate a un asesino porque “solo una bala en la cabeza” logrará impedir que siga hablando. Pero su enemistad política no les ha llevado a cancelar la sociedad familiar Cotelec, la única fuente de financiación de la que dispone el Frente Nacional después de que los bancos hayan rechazado concederle créditos para afrontar los 27 millones de euros que costará concurrir a las elecciones presidenciales y legislativas.
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