Premio a la calidad y al diseño

Gozar con el feroz ámbar de la mirada de un león. Deleitarse con el patrón irisado de las alas de una mariposa. Admirar la belleza del Taj Mahal como si hubiéramos abierto una ventana a la ciudad de Agra sin movernos del sofá. Pero disfrutar con la máxima calidad de imagen no es suficiente. Esa ventana a otras realidades tiene que ser también una pieza de diseño en sí misma.

Por eso los televisores SUHD de Samsung no sólo son un hito de diseño e imagen para el espectador exigente, también para la prensa especializada, que sienta cátedra de experto. La Asociación Europea de revistas de Imagen y Sonido (EISA) reconoce la gran calidad de la serie y además ha elegido un modelo Samsung SUHD de la Serie 9000 como el televisor del año. Otros medios de referencia, por ejemplo ADSL Zone o Tu experto, le conceden el sello de producto recomendado.

Suponen un cruce de caminos entre tecnología y belleza. Tecnología para conseguir blancos y negros, y todo el arcoíris entremedias, con una nitidez vibrante. Belleza para moldear la forma del televisor como una ondulación que realza cualquier interiorismo.

La realidad parece estar justo al alcance. Una puesta de sol, una metrópoli nocturna, una playa al amanecer. Pero si el marco está presente, la sensación de recortar esa realidad pierde parte de su impacto. Por eso los televisores SUHD de Samsung han acabado con el marco para siempre, para que las imágenes de esta ventana a otros mundos parezcan flotar en el aire.

Además de esta innovación, el diseño oculta cualquier tornillo y alcanza la misma superficie curvada y oscura desde todos los ángulos. Lo mire desde donde lo mire, es una pieza escultórica. Un jardín cuidado de maravilla con su explosión de colores florales, su variedad de intensidades y tonos. La tecnología está preparada por fin para captarlos.

Los Quantum dot son las minúsculas partículas de la pantalla de un SUHD que permiten el milagro de colores reales. Funcionan como un inmenso lienzo gracias al cual los tres colores —azul, verde y rojo— dibujan cualquier imagen en un televisor y pueden mostrarse en los matices más sutiles. Exactamente mil millones de matices que harán de cada visionado una experiencia como la de ver por primera vez.