Carta a El Gran Wyoming
Quiero aprovechar este espacio para decirle todas las cosas que me han encargado que le diga
Quiero aprovechar este espacio para decirle a Wyoming todas las cosas que me han encargado que le diga. Porque, por alguna razón, hay gente que piensa que lo veo todos los días. Que somos familia, o vecinos. Supongo que se imaginan La Sexta como un 13 de la Rue del Percebe, con muñecos socialistas haciendo reuniones de vecinos de escaleras izquierdas.
De hecho, puedo decir con total seguridad que me han dado más veces la enhorabuena por El Intermedio que por los programas que sí que he hecho. Yo nunca les corrijo cuando me dicen que lo hago muy bien allí porque soy española, no pienso quitarme un mérito que no me merezco voluntariamente.
Centrémonos, tengo un montón de recados para Wyoming. Hace años que los tengo, puede que algunos hayan perdido vigencia. Pido disculpas por la tardanza; me ha costado encontrar una plataforma visible y fiable para reflejarlas todas con una mínima esperanza de que las lea.
Tengo, sobre todo, de taxistas. Es más fácil que me las den, son desconocidos que tienden a charlar con uno, y al final, quieras que no, el tema Wyoming emerge. Pero también tengo recados de espontáneos que me los gritan por la calle, con una urgencia que me admira. Me extraña que el Wyoming no salga entre el terrorismo y el paro en las encuestas de preocupación de los españoles.
Wyoming, tienes que saberlo. Hay una España que quiere que lo sepas.
Lo que haces les parece una mierda, creen que podrían hacerlo mil veces mejor que tú y no entienden por qué no hablas de lo que quieren ellos.
Quieren que sepas que existe esa España.
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