14 fotosCientos de estadounidenses perjudicados por las inundaciones en LuisianaEl presidente Obama visita este martes la zona afectada por las inundaciones, que han desplazado a más de 4.000 personas 23 ago 2016 - 15:26CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceUn niño de cinco años camina por su casa dañada, en Denham Springs, Luisiana (EE.UU).JONATHAN BACHMAN (REUTERS)El agua rodea una de las casas afectadas por la inundación, en St. Amant, Luisiana (EE.UU).JONATHAN BACHMAN (REUTERS)Una línea de spray pintada en la pared muestra la altura que llegó a alcanzar el agua en una de las casas de Denham Springs, Luisiana (EE.UU).JONATHAN BACHMAN (REUTERS)Una niña de trece años contempla sus álbumes familiares en la puerta de su casa, en St. Amant, Luisiana (EE.UU).JONATHAN BACHMAN (REUTERS)Una mujer camina entre los destrozos, frente a su casa, en Denham Springs, Luisiana (EE.UU).JONATHAN BACHMAN (REUTERS)Una estatua de la Vírgen María parcialmente sumergida en el agua, en Sorrento, Luisiana (EE.UU).JONATHAN BACHMAN (REUTERS)Un niño de trece años camina cerca de un rifle, en una de las casas afectadas por las inundaciones, en Prairieville, Luisiana (EE.UU).JONATHAN BACHMAN (REUTERS)Un hombre camina entre el agua que ha inundado parte de Sorrento, Luisiana (EE.UU).JONATHAN BACHMAN (REUTERS)Montañas de escombros en las calles de Denham Springs, Louisiana (EE.UU).JONATHAN BACHMAN (REUTERS)Un hombre toma un descanso mientras limpia la cocina de su casa, tras la inundación, en Prairieville, Luisiana (EE.UU).JONATHAN BACHMAN (REUTERS)Un hombre lanza una tabla de madera a la montaña de escombros que rodea su casa, en Prairieville, Luisiana (EE.UU).JONATHAN BACHMAN (REUTERS)Muñecas dentro de una de las cajas amontonadas con objetos, tras las inundaciones en St. Amant, Luisiana (EE.UU).JONATHAN BACHMAN (REUTERS)Dos hombres retiran del interior de su casa mobiliario dañado, en Sorrento, Luisiana (EE.UU).JONATHAN BACHMAN (REUTERS)Una bandera americana ondeando sobre la inundación, en Sorrento, Luisiana (EE.UU).JONATHAN BACHMAN (REUTERS)