Biescas, 20 años
El 7 de agosto de 1996, una gran riada se llevó un camping en Biescas, en el Pirineo aragonés. Murieron 87 personas. La Administración había autorizado el camping de forma irresponsable: había informes técnicos en contra, ya que se iba a construir sobre el cono de deyección de un torrente donde habían sucedido inundaciones similares. Para la Audiencia Nacional, la riada mortal fue un hecho “previsible” y “evitable”. Cerca de los ríos o en primera línea de mar, la codicia y la ignorancia de promotores, propietarios y responsables municipales, unido a la falta de reglas claras, vigiladas y sancionadas, han permitido numerosas edificaciones y propiedades que no solo incumplen la legislación, sino también la “ley natural”. Hoy, sigue habiendo campingsy construcciones en zonas inundables.
Esta tragedia debería servir como “lección aprendida”. Dormiría mucho más tranquilo si supiera que existe un buen inventario y una adecuada vigilancia para que no volvieran a suceder estas catástrofes anunciadas.— Fernando Prieto. Madrid.
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