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El heredero más buscado

Hugh Richard Louis Grosvenor, de 25 años, es el nuevo duque de Westminster. Deberá gestionar una fortuna de 9.600 millones de euros

El duque de Westminster, Hugh Richard Louis Grosvenor.
El duque de Westminster, Hugh Richard Louis Grosvenor. John Stillwell (AP)

Descrito hace apenas cuatro años por la revista Vanity Fair como un personaje "de rostro infantil y rico hasta lo irracional", Hugh Richard Louis Grosvenor acaba de convertirse a sus 25 años en el nuevo duque de Westminster a resultas de la repentina muerte de su padre el pasado martes. Todo el bagaje del progenitor, un terrateniente multimillonario, tercera fortuna del Reino Unido y estrechamente relacionado con la familia real británica, recae ahora sobre los hombros de quien, de la noche a la mañana, es el soltero de oro de la sociedad británica.

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La cabellera castaña tirando a pelirroja del séptimo duque de Westminster corona el físico de un joven discreto al que la prensa nacional ha despojado de un casi anonimato a raíz de la muerte de su padre, Gerald Cavendish Grosvenor, a los 64 años, de un ataque al corazón. Porque se trata del heredero de una cartera en tierras y bienes que la revista Fortune ha encaramado al puesto 68º de los ricos del mundo, estimada en 9.600 millones de euros y que incluye propiedades en Oxford, Cheshire o Escocia, además de en España y, sobre todo, en los barrios más exclusivos de la cotizadísima capital británica. En palabras de algunos comentaristas sociales, Hugh Grosvenor ha pasado a “ser propietario de la mitad de Londres”.

El único varón de una familia aristocrática, Hugh fue educado junto a sus tres hermanas (Tamara, Edwina y Viola) en una escuela primaria estatal donde sus progenitores buscaron mantener la privacidad de sus vástagos, protegiéndolos del foco de la prensa. Estudió primero en la Universidad de Newcastle y luego en las prestigiosas aulas de Oxford sin que los medios repararan en su persona hasta que decidió celebrar su 21 cumpleaños por todo lo alto.

Un dispendio de 5,8 millones de euros y la presencia de muchos rostros conocidos entre los 800 invitados, incluido el hijo menor del heredero de la corona, el príncipe Enrique, y uno de los cómicos más afamados del país, Michael McIntyre, convirtieron aquella fiesta en todo un evento en la finca familiar de Eaton Hall, a pesar de las estrictas medidas de seguridad que vetaron el trabajo de los paparazis. Al año siguiente, Hugh Grosvenor reaparecía en los titulares de la prensa al ser designado el padrino más joven del príncipe Jorge (junto a otros seis), primogénito de Guillermo de Inglaterra, segundo en la sucesión al trono.

Gerald Grosvenor y su esposa Natalia Phillips el día de su boda en la iglesia de St Mary en Luton, en febrero de 1979.
Gerald Grosvenor y su esposa Natalia Phillips el día de su boda en la iglesia de St Mary en Luton, en febrero de 1979.WESLEY (GETTY IMAGES)

Desde entonces, el joven aristócrata ha adoptado un perfil bajo a nivel público, centrándose en su trabajo de gestor de una compañía de reciclaje de residuos. Su labor, a partir de ahora, deberá centrase en gestionar el legado de su padre, desaparecido prematuramente. En lidiar con una cartera multimillonaria de propiedades e inversiones y en encabezar la representación de una familia de abolengo ante la realeza. Guilllermo y Catalina, los duques de Cambridge, son amigos personales de Hugh, como dejaron claro en un comunicado de pésame emitido por el palacio de Kensignton tras muerte de su padre.

Ese gesto indica que la familia real facilitará las cosas a un joven que desde esta semana soporta sobre sus espaldas el peso del título de duque de Westminster, creado por la reina Victoria en 1874 para subrayar los lazos con una de las familias más influyentes del país.

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