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Tribuna
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Diálogo y responsabilidad

Es la hora del Parlamento, la hora del entendimiento, la hora del acuerdo, pues así lo requieren las reformas que deberían estar ya negociándose

Mariano Rajoy (PP) y Albert Rivera (Ciudadanos), durante su encuentro para negociar la investidura el el pasado día 3 de agosto.
Mariano Rajoy (PP) y Albert Rivera (Ciudadanos), durante su encuentro para negociar la investidura el el pasado día 3 de agosto.BERNARDO PÉREZ

En un entorno internacional extremadamente complejo, con nuevas incertidumbres tras el Brexit, la contumaz amenaza yihadista y la creciente desconfianza de los mercados, vamos camino de cumplir un año de parálisis legislativa desaprovechando buena parte del impulso de la recuperación. Pese a todo, aún tenemos razones para el optimismo: España tiene en estos momentos una gran oportunidad de afianzar el crecimiento y la creación de empleo y garantizar un futuro más estable y próspero para todos sus ciudadanos.

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Nuestros líderes políticos tienen en sus manos el instrumento para ello: el diálogo responsable. Los inversores, tanto nacionales como internacionales, están esperando señales inequívocas de ese diálogo que transmitan la necesaria confianza y contribuyan a despejar muchas incertidumbres.

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Como hemos señalado en numerosas ocasiones desde el Círculo de Empresarios, el protagonismo de la nueva legislatura deberá recaer fundamentalmente en el Parlamento, quedando el Gobierno como un gestor aplicado de lo que pacten nuestros representantes. Esto, desde un punto de vista formal, siempre ha sido así; pero bien sabemos que, en la práctica, ha sido muy distinto, sobre todo en escenarios de mayorías absolutas. Se inicia la hora del Parlamento, la hora del entendimiento, la hora del acuerdo, pues así lo requieren las reformas políticas, sociales e institucionales que deberían estar ya negociándose.

Y no se trata sólo de alcanzar un acuerdo de investidura. Es necesario un acuerdo que también permita la gobernabilidad del país. Un acuerdo, aunque sea mínimo, que evite tener que prorrogar los Presupuestos Generales del Estado, con todos los inconvenientes que de ello se derivarían, y que posibilite una acción parlamentaria fructífera. Sería tremendo que tras alcanzarse un acuerdo de investidura, los distintos líderes políticos volvieran a enrocarse en sus posiciones partidistas e hicieran ingobernable el país.

Como ya señalamos en su día las distintas asociaciones empresariales que integramos el grupo Economía y Sociedad, ahora es el turno de la política para tratar de lograr un Gobierno estable. Entendemos que una amplia mayoría de los ciudadanos españoles desea la formación de un gobierno que tenga como objetivos prioritarios consolidar la recuperación económica, y que ésta llegue a todos, regenerar la vida política, económica e institucional y abordar las grandes reformas pendientes.

Habría que preguntar a algunos líderes políticos qué parte de los resultados electorales del pasado 26-J no han entendido. Parece claro que, por encima de todo, lo que vinieron a expresar esos resultados es que los ciudadanos españoles desean que la negociación, el entendimiento, los acuerdos y pactos sean, en estos momentos, absolutamente prioritarios.

No se trata sólo de alcanzar un acuerdo de investidura. Es necesario otro que permita la gobernabilidad del país

Los ciudadanos no han querido otorgar mayorías absolutas a ningún partido, porque, muy probablemente, las mayorías absolutas no son, en las actuales circunstancias tanto políticas como sociales, lo más aconsejable para superar los retos que tiene nuestro país por delante, que requieren grandes reformas consensuadas para vertebrar a España y contar con un amplio horizonte de estabilidad.

A sus cuarenta años, nuestra aún joven democracia acaba de entrar en una fase de su historia en la que se está viendo obligada a demostrar su madurez. Tenemos un buen precedente del que tomar ejemplo pues esa exigencia de diálogo y entendimiento ya la tuvimos tras el final de la dictadura. Pero entonces, quienes tuvieron la responsabilidad sí supieron estar a la altura de unas circunstancias extraordinariamente delicadas. Si recuperáramos ese espíritu de consenso, y dejáramos a un lado este dinámica de reproches (aunque en muchos casos bien fundados) y las agendas partidistas y personales y pensáramos solo en el interés de España y de los españoles, daríamos una señal al mundo, que nos diferenciaría y contribuiría a generar confianza y atraer la inversión, tan necesaria para impulsar el crecimiento y la creación de empleo

Pedimos, una vez más, a nuestros líderes políticos, que dejen despejada cuanto antes la gobernabilidad del país. La posibilidad de que se celebren hasta tres elecciones generales en el plazo de un año debería avergonzarnos a todos. En especial a aquellos que tienen en estos momentos el mandato de los ciudadanos de mostrarse dialogantes, generosos y responsables. Y deben hacerlo recuperando el espíritu de reconciliación.

Javier Vega de Seoane es presidente del Círculo de Empresarios.

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