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Tentaciones

El primer 'hacker' de un iPhone ahora quiere que tu coche conduzca solo

A los 17 años George Hotz fue el primero en hackear un iPhone. A los 19, la Playstation 3. Ahora se ha propuesto que los coches se manejen ellos solitos, y que sean asequibles para todos, como un mueble de Ikea

George Hotz
George HotzPeter Bohler

Hay una cosa que tienen en común Apple, Google y Tesla, y no es que sus oficinas estén en Silicon Valley. Las tres están obsesionadas con que dejemos de conducir, y que ese trabajo acabe relegado a los coches. A día de hoy, Tesla es la única que ha conseguido ofrecer una función de autopilotaje pero, si no tienes 70.000 dólares para comprarte su model S, existe una startup que puede tener la solución: Comma.ai.

Formada por un par de ingenieros y guiada por un genio de 26 años, pretende plantar cara a los gigantes de la automoción y la tecnología. ¿Cómo? Con un simple kit que promete ser "tan fácil de montar como un mueble de Ikea, si eso te parece fácil" y que hará que tu coche conduzca solo. Tienen intención de comercializarlo a finales de 2016 por debajo de los 1.000 dólares. Pero, aunque parezca toda una revolución, no es la primera vez que su CEO agita el statu quo imperante.

El 29 de Junio de 2007, Steve Jobs presentaba al mundo una pequeña pieza de ingeniería que revolucionaría la tecnología. Tan solo dos meses después, un joven de 17 años consiguió piratear la joya del cesto de manzanas de Cupertino. Geohot, tal y como era conocido en el mundo online, fue la primera persona capaz de hackear un iPhone. Dos años más tarde, se saltó los más extremos sistemas de seguridad para crackear la Playstation 3. Sony le llevó a juicio, pero su fama hizo que otras muchas empresas le ofrecieran trabajo. Entonces empezó su andadura como nómada de Silicon Valley. Trabajó en Google y se aburrió. Trabajó en SpaceX y Facebook y se volvió aburrir. Nada parecía lo suficientemente interesante, así que se puso a estudiar inteligencia artificial.

Trabajó en Google y se aburrió. Trabajó en SpaceX y Facebook y se volvió aburrir. Nada parecía lo suficientemente interesante, así que se puso a estudiar inteligencia artificial

Han pasado casi diez años y Geohot es ahora George Hotz. Ya no es un hacker rebelde, sino el CEO de una empresa en la que se han invertido 3,1 millones de dólares. Aun así, nos recibe en vaqueros y camiseta negra en el Yerba Buena Center de San Francisco, donde ha participado en las Bloomberg Businessweek Design Conferences 2016.

La suya, como muchas historias de Silicon Valley, también empieza en un garaje. Pero en el suyo duerme su Honda Acura IXL, que lleva año y medio hackeando. Es el primer coche al que Hotz ha enseñado a conducir, porque así funcionan sus algoritmos: aprenden viendo. Cuanto más observen, mejor lo harán. De hecho, Hotz pensó en ser conductor de Uber para que su invento cogiese tablas. "Luego descubrí que tenían que inspeccionar mi coche, así que dijimos que mejor no", se ríe. En su lugar, han decidido crear la app Chffr para externalizar la enseñanza de su inteligencia artificial. Los usuarios grabarán sus trayectos, que se subirán anónimamente al big data de la empresa. "Así, el mundo enseñará a nuestros coches a conducir", asegura sonriente.

A cuatro meses de su lanzamiento, Hotz no sabe todavía cómo será físicamente su creación. Solo asegura que "presionarás un botón y tu coche funcionará en modo piloto automático". Suena arriesgado, casi utópico, pero él está decidido a conducirnos a todos hacia la inteligencia artificial.

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