Seis razones por las que Beyoncé es la nueva musa del indie

La que fuera líder de las 'Destiny’s Child' se ha crecido como pocas en los últimos años. Este miércoles, sin ir más lejos, traerá su 'Formation World Tour' al Estadio Olímpico de Barcelona. Pero lo mejor de todo es que la diva se enfrenta a los grandes aforos ahora que, precisamente, ha prescindido de los hits facilones y todo aquello que se espera de una artista pop al uso. Desde que la intérprete de 'Single Ladies (Put a Ring on It)' va de moderna por la vida y se abraza a lo indie es venerada por un sector del público impensable hace apenas una década. Por estos motivos la nueva Beyoncé nos encanta.

1. Ha sabido metamorfosearse artísticamente

Los hay quienes afirman que echan de menos a la Beyoncé más bailable y despreocupada de sus inicios, aquella que prefería tirar por el camino del pop palomitero apto para todos los gustos. Se puede llegar a entender la queja de esos nostálgicos seguidores, aunque indiscutiblemente el giro artístico que ha tomado su carrera desde que en 2011 editara “4” (curiosamente, el mismo año en el que empezó a volar libre y se deshizo de las cadenas de su hasta entonces padre y mánager) es de lo más plausible. Rihanna con su reciente 'Anti' también se ha querido alejar de la imagen de cara bonita prefabricada que siempre le ha acechado. No obstante, la esposa de Jay Z acumula en su haber ya tres discos que nadie se hubiera imaginado en los tiempos de 'Baby Boy' o las 'Destiny’s Child'.

Tan pronto sampleó 'Pon de Floor' de Major Lazer en 'Run the World (Girls)' los paladines de la modernidad (con Pitchfork a la cabeza) comenzaron a prestarle la atención que se merecía. ¡Y ya no digamos cuando publicó su álbum homónimo! Puede que hayamos perdido un referente de la radiofórmula, sí, pero como consecuencia hemos ganado una artista que no tiene miedo alguno de explorar la cara más contemporánea del R&B y la música urban.

2. Sabe a quién arrimarse

En su último culebrón musicado, 'Lemonade', Beyoncé no sólo ha contado con la colaboración del rapero Kendrick Lamar, sino también con alguien tan mimado por la prensa especializada como el británico James Blake o hasta el mismísimo Jack White. Asimismo, por los títulos de crédito del disco nos topamos con nombres como los de Diplo o Ezra Koenig de 'Vampire Weekend', quienes coproducen el tema 'Hold Up'. Precisamente en esta canción están acreditados hasta los Yeah Yeah Yeahs porque en el estribillo se usa una frase de su inigualable 'Maps'. Aunque eso sí, más allá de dejarse querer o apropiarse de pequeños detalles ideados por algunos de los mayores nombres propios del indie actual, la estadounidense no ha tenido problema alguno en fichar a productores desconocidos para el gran público como Boots, a quien le debemos precisamente buena parte del sonido de “Beyoncé”.

3. Ha seguido los pasos de su hermanísima

A finales de 2012, de cara a la galería, la moderna de la familia Knowles era la hermana de nuestra protagonista, Solange. Aún faltaba un año por entonces para que viera la luz “Beyoncé”, pero Solange ya había estrechado lazos con lo indie meses antes cuando publicó el EP 'True'. Trabajando junto a Dev Hynes (el hombre detrás de Blood Orange) y editando esas canciones a través de Terrible Records, la discográfica del Grizzly Bear Chris Taylor, la joven se desmarcó del guión preestablecido y hasta hizo acto de presencia en el 'Primavera Sound'. Desde entonces poco (por no decir nada) sabemos de Solange, más allá de aquella somanta de palos que le dio a Jay Z en el ascensor, de modo que está por ver con qué nos saldrá en un futuro. Ser la hermana de alguien tan grande como Beyoncé no debe ser nada fácil, la verdad. Y más cuando también te dedicas a la música.

4. Repudia a las radios (y las plataformas de 'streaming')

A priori podía parecer una estrategia cuanto menos arriesgada, pero lanzando por sorpresa tanto 'Beyoncé' como 'Lemonade' se convirtió en un trending topic andante en tiempo récord. Y no sólo eso: por mucho que hubiera un contrato de exclusividad detrás del lanzamiento de su último largo, el cual se estrenó vía Tidal, el hecho de no poder escucharse aún en Spotify ha beneficiado considerablemente a las ventas. Los discos que más se han vendido en los últimos años han repudiado en un primer momento las plataformas de streaming (que se lo pregunten a Adele o Taylor Swift, otras beneficiadas del asunto), obligando a sus fans a pasar por caja. Y, contra todo pronóstico, el hecho de no sonar en las radios ha contribuido a que, más que nunca, sea objeto de culto por parte de aquellos que reniegan de lo descaradamente comercial.

5. Ya no es una artista de 'singles', sino de álbumes

Por mucho que 'Formation' dejara noqueado a más de uno y que 'Drunk in Love' acabara siendo un éxito en su EE UU natal, a Beyoncé hay que darle las gracias por devolvernos el concepto de disco de estudio clásico. Bien es cierto que, editar dos álbumes visuales consecutivos acabó de raíz con su imagen previa de artista de singles, pero sobre todo esto la reafirma como una artista de los pies a la cabeza. Desde “4”, sus discos se pueden degustar de principio a fin sin miedo a enfrentarnos a esos rellenos insulsos que acaban proliferando en la mayoría de discos pop de sus coetáneas. El concepto artístico ha acabado con el single trillado, y eso siempre es de agradecer.

6. Su leyenda se construye a través de Internet

La industria musical está repleta de todo tipo de teorías conspirativas loquísimas. Ya hemos leído por activa y por pasiva que tanto ella como su infiel marido forman parte de la cúpula de los "Illuminati", pero a ello ahora debemos sumar una nueva trama internauta que ríete tú de la de la youtuber Marina Joyce. Según parte de sus cachondos fans (básicamente brasileños), Beyoncé tiene raptada a Sia para que la autora de 'Chandelier' le escriba canciones sin descanso. Bajo el hashtag #SaveSia la red arde de memes y todo tipo de pruebas que demostrarían el enésimo bulo en el que se ve salpicado la diva. Sentido del humor no les falta a sus seguidores.