Noma 2016
Sin ningún tipo de rodeos tengo que calificar de memorable mi reciente almuerzo en Noma. Con toda probabilidad será mi última visita a este viejo almacén junto al puerto de Copenhague porque salvo que alguna circunstancia lo impida antes de que concluya 2017 Rene Redzepi y su equipo se habrán trasladado a un nuevo espacio.
Apenas habían transcurrido unos minutos cuando el patrón de la casa nos andaba detallando sus proyectos. “Nos mantendremos en este emplazamiento hasta el próximo febrero momento en el que cerraremos para abrir un pop-up en Ciudad de México. Justo el tiempo necesario para que se ultimen las obras de nuestro nuevo restaurante en Copenhague”, nos dijo.
Antes de finales de este mes de julio – noticia interesante – inaugurará a su vez una segunda marca de corte informal -- 108-- muy cerca del actual Noma, basada en platos daneses tradicionales, rincón que gestionará su brazo derecho el guatemaltecoJosé Carlos Conde. Un local amplio que visitamos en obras.
Nuestro menú se compuso de quince pasos salados y seis propuestas dulces, más que suficiente para comprobar la evolución de su cocina. En mi opiniónRedzepi se encuentra en un soberbio estado de forma. Radical, transgresor, elegante, sutil, tan técnico como de costumbre pero jugando más que nunca con una lista de armonías inéditas. Sin abandonar su discurso, su conocida apuesta por los productos de proximidad y la defensa a ultranza de la despensa nórdica, juega ahora con una catarata de registros nuevos, los mismos que le proporcionan los alimentos fermentados, disciplina en la que ha ahondado de manera considerable. Al menos esto es lo que dejan traslucir sus platos, repletos de sabores intrigantes.
Esta entrada solo pretende servir de soporte a la galería de fotos que siguen. Los vegetales, en su mayoría silvestres, del mar y de tierra adentro, son el alma de su cocina, tan ligera como repleta de texturas inesperadas. Las rosas en pleno apogeo en Dinamarca, las utiliza de forma reiterada como guarnición o elemento aromático, lo mismo que los frutillos rojos y algunos productos lácteos (cremas frescas de leche) que armoniza con sus vegetales. O la pasta de hormigas, que la emplea a modo de aderezo.
Cada producto que llega hasta sus mesas posee más valor de lo que a primera vista aparenta. Cigalas vivas de las islas Lofoten, cangrejos reales con pocas horas procedentes de los mares del norte, rodaballos que aun aletean… El mar y el mundo vegetal, dan pie a un microcosmos en el que Redzepi continúa profundizando.
Esta vez a modo de acompañamiento líquido decidimos aceptar su sugerencia y degustar los platos salados y dulces con jugos de frutas y verduras de fabricación casera, una línea en la que trabaja un sector de la alta cocina. En las copas fueron apareciendo jugos de ruibarbo y regaliz; verbena y pino; fresa blanca y arándano negro al aceite de maderas; manzana y acederas…, que aportaban puntos de complejidad a lo salado.
Mi primera visita a Noma fue en la primavera de 2007. Nueve años después nos llena de satisfacción recordar que cuando se subió al escenario de Madrid Fusión en enero de 2008 era un cocinero apenas conocido. En su trayectoria profesional hubo un cambio a partir de aquella demostración según el mismo reconocería reiteradas ocasiones.
Redzepi, que en su momento fue discípulo de El Bulli, sigue abriendo caminos nuevos. La alta cocina se manifiesta de muchas maneras. La defensa de la naturaleza y de los productos de proximidad son valores y actitudes irrenunciables que muchos cocineros, cada uno a su manera, comparten desde hace tiempo. Sígueme entwitter en @JCCapel
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