Cuando la vida gira alrededor del móvil

Pocos inventos han revolucionado las comunicaciones, la economía, la vida cotidiana y las relaciones sociales como el teléfono móvil. Su expansión es tan meteórica que el año pasado ya se contabilizaban en todo el planeta más dispositivos (7.300 millones) que habitantes (7.200). En este ecosistema, España tenía una tasa de líneas móviles (en la modalidad de prepago, pospago y datos) del 109% (más teléfonos que habitantes, bebés incluidos); y en el microcosmos de los smartphones,su liderazgo es indiscutible: figura como número uno europeo y segundo mundial, solo por detrás de Singapur. Esta posición privilegiada convierte a nuestro país en el perfecto conejillo de Indias para operaciones tecnológicas de profundo calado.

Así es como España ha pasado a ser una especie de campo de pruebas de los bancos. El smartphone es agenda, periódico digital, radio, televisión, videojuego, chat... y ahora también un monedero con el que poder realizar transferencias entre particulares. El programa de micropagos (el límite inicial es de 500 euros) se llama Bizum y lo lideran las principales entidades bancarias, que se han visto obligadas a espabilar ante la presión de Apple, Samsung y las empresas financieras tecnológicas, las llamadas fintech, siempre al acecho para arañar negocio a la banca tradicional.

Bizum, solo desarrollado hasta ahora en Reino Unido, se apoya en el sistema de tarjetas bancarias, sector en el que España goza de una sólida estructura. Los usuarios solo tienen que descargar en el móvil la aplicación de su banco, introducir una clave, seleccionar el número del destinatario de la transferencia, poner la cantidad y enviar. En próximas fases permitirá comprar por Internet y pagar en los comercios. Este servicio se adelanta a la normativa comunitaria que exige que en 2017 las transferencias en la zona euro lleguen en el mismo día en lugar de tener que esperar, de media, 24 horas. Viajando a través de esta autopista digital, el dinero tardará como máximo 10 segundos en llegar a su meta.

A este programa pionero se suma el que acaba de poner en marcha la operadora estadounidense FreedomPop, que promete llamadas de móvil, navegar en Internet y mandar mensajes SMS gratis hasta un tope, además de barra libre para el uso de WhatsApp. ¿Dónde está el truco? La compañía confía en que los usuarios que se enganchen a la plataforma adquieran sus planes de pago complementarios. Tras Estados Unidos y Reino Unido, sus promotores han elegido como tercera plaza España, el país europeo que más usa WhatsApp.

El celular parece formar ya parte del cuerpo humano. Según datos de la consultora Deloitte, 3 de cada 10 personas miran su smartphone más de 50 veces al día, y los millennials de los países desarrollados enfocan su vida alrededor del móvil. Un tercio de este grupo social asegura que dedican cinco horas diarias a estos dispositivos. Una adicción que puede alcanzar tintes peligrosos.