12 fotosVivir rodeados de amenazas naturalesLos campesinos que residen a las faldas del volcán Mayón saben que tanto sus erupciones como los tifones les obligarán a abandonar sus casas varias veces al año, pero no tienen alternativasGabriel PecotFilipinas - 12 jul 2016 - 07:43CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl volcán Mayón se encuentra ubicado al norte de la ciudad de Legazpi y a 330 kilómetros de Manila, la capital de Filipinas. Con una altitud de 2.400 metros, es el más importante del país. Hace erupción aproximadamente cada década años y es una de las amenazas a las cuales se enfrentan los pobladores de esta zona. En1993 fue responsable de la muerte de 77 campesinos como Manuel. “Según nuestros ancestros, el volcán hace erupción cuando es su cumpleaños”, dice sentado en el patio de su casa.GABRIEL PECOTLama toma un descanso tras dos horas de faena segando espigas de arroz. A las duras condiciones de trabajo del campo, con jornadas de trabajo de 12 horas a 40 grados de temperatura, se suma el riesgo que supone la erupción del volcán, los tifones y las inundaciones y corrimientos de tierra frecuentes en esta zona. Las autoridades locales, con apoyo de la Cooperación Española, han puesto en marcha un exitoso programa de prevención y gestión de emergencias.GABRIEL PECOTLama abraza cariñosamente a su hija Kimberly, de ocho años, durante el desayuno. Su familia está compuesta por 10 miembros que viven en dos casas junto al sembrado. Manuel confiesa que tiene miedo a los tifones, pero que decidió quedarse en el campo, en lugar de trabajar en la capital, para poder criar a su familia.GABRIEL PECOTEl agricultor se prepara para volver a la faena después de un pequeño descanso tras el almuerzo. Campesinos como él son los primeros en ser evacuados por las autoridades locales ante la menor amenaza de catástrofe natural. “Me siento más seguro”, dice visiblemente aliviado “cuando pasa el tifón podemos regresar a nuestras casas”. GABRIEL PECOTDetalle del arroz cosechado al pie del volcán Mayón. Los campesinos venden una parte y la otra la guardan para autoconsumo. Esta es una de las principales razones por las cuales miles de personas se arriesgan a vivir en esta zona de peligro. Dependen de esta tierra para su sustento.GABRIEL PECOTLama posa para un retrato en la zona donde se encontraba su casa en 2006. Las inundaciones provocadas por el super tifón Durian ese año se cobraron la vida de su esposa, destruyeron su casa y le dejaron herido. “Fue un fallo de comunicación interno”, reconoce con amargura Cedric D. Daep, responsable de la Oficina Regional de Gestión y Prevención de Emergencias. “Desde 2006 no tuvimos más víctimas. Salvar una vida ya es un gran logro”.GABRIEL PECOTLourdes Paliza, agricultora de 52 años, recoge frutos de un árbol de Jaca, conocidos como 'jackfruit', en las inmediaciones de su casa al pie del volcán Mayón. La alimentación de cientos de personas en esta zona, depende de los frutos que pueden recoger aquí de forma gratuita.GABRIEL PECOTPaliza charla con sus familiares tras el almuerzo. Su esposo murió víctima de una enfermedad y ahora es ella la responsable de la familia, incluyendo varios nietos. Le gustaría marcharse a una zona lejos del peligro, pero no tiene alternativas. “ A veces cuando llueve me pongo nerviosa… siento que será mi última vez en el mundo”, dice con al voz entrecortada.GABRIEL PECOTLa campesina seca al sol el arroz cosechado al pie del volcán Mayón. Complementa esta actividad, clave para el exiguo presupuesto familiar, con la venta de dulces en temporada escolar o el lavado de ropa.GABRIEL PECOTPaliza sirve el almuerzo a su familia. Este estofado elaborado con 'jackfruit' y leche de coco (de sabor suave y con una consistencia similar a las setas) es servido con arroz y será la principal comida del día para la familia. La gran desigualdad que existe en Filipinas se evidencia con claridad en el campo, donde el dinero es más escaso, pero la calidad de vida general es mejor que en los 'slums' de Metro Manila, la capital. GABRIEL PECOTPaliza descuelga la ropa tendida y lavada por encargo de unos vecinos. Vive desde hace 20 años al pie del volcán Mayón, y gana alrededor de 70 euros al mes lavando ropa, vendiendo dulces y cosechando.GABRIEL PECOTLhourie Joy, de 17 años, juega al baloncesto con unos amigos en las inmediaciones de su casa. Cada vez que una catástrofe natural se aproxima a la zona, las autoridades emiten una alerta y son evacuados a algunos de los 54 refugios con los cuales cuenta la región. Construidos con apoyo de la Cooperación Española, los centros de evacuación están diseñados para resistir erupciones volcánicas, tifones y terremotos.GABRIEL PECOT