Haoua y la lucha de las mujeres de Tombuctú
“Hoy día, las mujeres de Tombuctú están viviendo un proceso de transformación. Están pasando de ser las mujeres que solo se ocupan de su familia a estar mucho más comprometidas en la vida asociativa, política y social. Esto ha sucedido, sobre todo, a partir de los eventos de 2012”. Quien habla así es Haoua Touré, trabajadora social y experta en nutrición que vive en esa ciudad del norte de Malí.
El 16 de enero de 2012, varios grupos insurgente lanzaron una campaña que llevó a proclamar la independencia de Azawad, la parte norte de Malí. En abril de ese año, el Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) controlaba ya toda la región y sus principales ciudades, entre ellas Tombuctú. Pronto, la lucha por la independencia del pueblo tuareg fue secuestrada por grupos yihadistas que se rápidamente se asentaron en la zona, entre ellos Ansar Dine, Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y el Movimiento por la Unidad y la Yihad en África Occidental (MUYAO). El ejercito maliense, apoyado por tropas francesas, enseguida lanzó una contraofensiva y para julio de ese mismo año liberó las ciudades más importantes de la región.
Durante los meses en que Tombuctú estuvo sometida a los islamistas se impuso la ley islámica, o sharía. Esos fueron tiempos muy duros para las mujeres, comenta Haoua: “Las consecuencias de aquellos acontecimientos para las mujeres han sido muy graves; prohibieron nuestras tradiciones, nuestras vestimentas, nuestro modo de hacer, impusieron la sharía e impidieron que nos comportáramos siguiendo nuestra propia cultura; por ejemplo, nos prohibieron hacernos las trenzas que siempre hemos llevado. Además, también ejercieron violencia sobre las mujeres delante de los marido, delante de los hijos y eso tiene consecuencias muy graves para la autoridad parental porque los niños se dan cuenta de que los padres no son los más fuertes y se vuelven más rebeldes y lo mismo le sucede a las mujeres que confiaban en sus maridos y ahora se dan cuenta de que no las pueden ayudar ante una fuerza superior”.
Muchas personas se vieron obligadas a huir de sus casas “dejando atrás sus pertenencias y correr a los campos de refugiados, un lugar terrible. No nos gustaría terminar otra vez en un campo de refugiados porque la vida en ellos es muy dura. Allí pierdes tu dignidad y pierdes muchas cosas. Nadie se va de su casa sino es por una obligación. Las personas tienen necesidad de su intimidad, allí pierdes todo eso, no hay baños, no hay casas, sufren especialmente las mujeres y los niños, que son las víctimas, y eso es terrible”, comenta la trabajadora social.
“Los hombres también han sufrido mucho y se han sentido muy humillados porque han perdido gran parte de su poder y su dignidad. Muchos han sido asesinados o les han cortado las manos, sus mujeres han sido violadas, sus hijos han sigo pegados sin que ellos pudieran hacer nada, también muchos hijos han sido forzados a seguir a los yihadistas en su huida, y ellos no podían hacer nada para evitarlo. Por eso, hay padres que se han ido y nunca más han vuelto, de manera que las madres se han convertido en las cabezas de familia”, añade Haoua.
Una de las primeras consecuencias de esta nueva situación es que las mujeres se han dado cuenta de que tienen que ser ellas las que se defiendan y no esperar a que la ayuda les venga de fuera. “Esto ha sido un verdadero cambio”, explica la señora Touré. “Las mujeres han dicho, ‘hemos comprendido’. ‘Ahora hemos comprendido’ significa que antes no comprendían y esto se ha traducido en que las mujeres de Tombuctú y las de las aldeas cercanas han decidido organizarse para defender sus bienes, para ser ellas mismas, para atender a sus hijos porque se han dado cuenta de que los maridos no pueden oponerse con su fuerza a otra fuerza más grande y que tienen que ser ellas las que se protejan y hagan frente a la situación”.
A sus cuarenta y ocho años y después de haber criado cinco hijos, Haoua no deja de estudiar; acaba de conseguir una licenciatura en marketing y comunicación. Desde que terminó su educación secundaria ha estado trabajando con distintas ONG y organismos internacionales mientras continuaba formándose.
Su experiencia la llevó a fundar la asociación Gouna-Tiere para la promoción de la mujer cuando empezaron los primeros problemas en Tombuctú, pero no fue hasta la salida de los yihadistas de la ciudad que la organización pudo realmente empezar a funcionar. En la llamada Casa de la mujer han organizado cursos de alfabetización y de formación para que estas puedan ser independientes y ganarse la vida con pequeños negocios y así ser capaces de cuidar de sus familias.
Es por esto mismo, que las mujeres de Tombuctú han pedido a Haoua Touré que las lidere. Desde esta posición su principal objetivo es unir a todos los grupos sociales y económicos de mujeres que existen en la zona bajo “una gran ONG femenina para ser más fuertes y poder desarrollarnos mejor”.
Otro de los sueños de Hawa es ser capaz de implementar un sistema de comunicación entre las mujeres porque la situación fuera de la ciudad y en las aldeas cercanas sigue sin ser muy segura. Los grupos armados están en las afueras. Tanto ellos como el ejército montan puestos de control en los que pueden quitar a las mujeres todas las mercancías que van a vender en el mercado, por ejemplo. “Tenemos un fuerte problema de seguridad”, comenta la asistente social, “por eso, es muy importante en este momento que exista un sistema de comunicación para la seguridad porque algo puede estar pasando en algún lugar y la persona que está cerca no lo sabe. Es muy importante que haya una buena comunicación entre las asociaciones, que las mujeres que se desplazan de las aldeas a la ciudad sepan si los caminos son seguros, que puedan protegerse. Nos hemos dado cuenta de que somos nosotras las que tenemos que protegernos, que no podemos fiarnos de nadie y que nuestra seguridad y la de nuestras familias está en nuestras manos”.
“Ahora mismo”, continúa la activista, “Tombuctú es como un cementerio por la destrucción de los yihadistas y por algunos atentados que sigue habiendo de vez en cuando, no hace mucho hubo un coche bomba, por ejemplo. Hay atentados con bastante frecuencia y los grupos armados siguen activos no muy lejos de la ciudad y la población sufre por eso, pero hay que buscar cómo vivir allí”.
Haoua ve a las mujeres de su ciudad cada vez más fuertes y con más poder de decisión. Por eso le indigna la actual representación femenina en la administración local de la zona. “Solo hay un 2 o 3 % de mujeres en los ayuntamientos, esto es un número muy pequeño comparado con el número de mujeres que hay. Además, cuando las mujeres llegan a esos puestos los hombres se las comen, nos las dejan hablar y eso es así por la autoridad que la ley maliense concede al hombre. Una o dos mujeres entre tantos hombres no tienen voz por eso hay que buscar más representación porque en este momento las mujeres hacemos política pero no estamos representadas. Por eso tenemos que seguir formándonos, preparándonos y buscando la forma de tener más voz cada día”.
Haoua Touré participó a finales de mayo en una conferencia en el Espacio Mujer Madrid, de la Fundación José María de Llanos, organizada por la pintora y gran conocedora de Malí, Irene López de Castro, la cual, junto a Sofia Hernández facilitaron esta entrevista.
Comentarios
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.