9 fotos10 libros sobre viajes en el tiempoDe Charles Dickens a Martin Amis, pasando por Philip K. Dick o los cómics de Valerian, el tiempo se pliega sobre sí mismoMercedes Cebrián15 jun 2016 - 23:57CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLa novelista cuyas obras llevó al cine Alfred Hitchcock en dos ocasiones –Rebeca (1938) y Los pájaros (1952)– se decanta en Perdido en el tiempo por una pócima como medio de transporte para retroceder seis siglos. En la costa inglesa de Cornualles, Richard Young se bebe la fórmula creada por el químico Magnus Lane y realiza un viaje de resonancias psicodélicas que le permite desplazarse al siglo XIV sin moverse del lugar en el que se encuentra. Obviamente, intervenir en el pasado tiene desastrosas consecuencias para el presente, y ese es el conflicto que asola al personaje, que se convierte en adicto en viajar entre dos épocas.Caralt, 1977Un hombre práctico de Connecticut, con unos valores claros sobre el bien, el mal y el progreso surgidos en su Norteamérica natal viaja a la Inglaterra artúrica. Su odio hacia la estratificación social no le facilita la existencia en el mundo de Lancelot, Merlín y Ginebra. En este texto de 1889, Mark Twain logra ofender a los británicos, que sintieron que su historia y cultura quedaban en muy mal lugar en sus páginas, si bien otros críticos encuentran que el tono de desilusión de esta obra tiene que ver con el propio desencanto de Twain hacia el progreso y la tecnología.En la primera novela de Wells, la curiosidad por el futuro se adueña del protagonista, el viajero del tiempo, que se traslada desde el el siglo XIX hasta el año 802.701 para ser testigo de la lucha de clases del futuro. Los Eloi y los Morlock son los dos únicos grupos posthumanos que pueblan la tierra en ese momento, y su semejanza con las clases capitalista y proletaria respectivamente resulta clara: ambos grupos continúan tan enemistados como en 1895, año en que se publicó la novela. La apariencia idílica del mundo de los Eloi, que viven en comunidades donde la familia ha sido abolida, queda ensombrecida por la presencia de los Morlock que viven bajo tierra y son quienes realmente trabajan para que ese mundo funcione. Lo más escalofriante de este futuro que presencia el viajero del tiempo es su carácter antiutópico: la lucha de clases no sólo no ha desaparecido en ese siglo imposible de calcular, sino que ha llegado a suponer una mutación biológica que ha dado lugar a dos únicas especies.La novela de Heinlein comienza en 1970, algunos meses después de la Guerra de las Seis Semanas, una contienda mundial atómica. Daniel Davis, su personaje principal, es un ingeniero e inventor de robots con problemas, puesto que ha perdido su empresa a manos de su amigo Miles Gentry, quien además le ha quitado a su prometida Belle. Para olvidar estos percances, qué mejor que contratar treinta años de criogenia o "sueño frío" –tal como se denomina en la novela– y despertar en el año 2000, cuando todo ha pasado: esa es la decisión que toma Davis, cuyas consecuencias conforman la trama de la historia.Décadas después de concluir sus dos series literarias, la de las Fundaciones y la de los Robots, Asimov escribió algunas obras independientes. Entre ellas se encuentra la novela El fin de la eternidad (1955), con la que la serie de TVE El Ministerio del tiempo comparte muchos ingredientes. Asimov nos presenta una organización llamada La Eternidad, cuyos trabajadores –los Eternos– funcionan como centinelas del bienestar de la humanidad a lo largo de los siglos moviéndose por la historia y efectuando los cambios pertinentes en las corrientes temporales. Andrew Harlan, uno de los empleados, comete un día el error de enamorarse durante uno de sus paseos por la historia, y ahí comienzan los problemas, como ya nos tienen acostumbrados las tramas de numerosas ficciones de la literatura y el cine universales.En esta obra escrita en 1966, pero ambientada inicialmente en el siglo XXI, Philip K. Dick combina elementos tan significativos como una droga alucinógena llamada JJ-180, que permite viajar por el tiempo a quien la ingiere; una empresa multinacional malvada; un grupo de alienígenas llamados Reegs, y viajes interestelares que incluyen futuros alternativos para la tierra. Eric Sweetscent, un médico especializado en órganos artificiales, es el elegido para peregrinar por el futuro en este clásico de la literatura de ciencia-ficción.Minotauro, 2013La revista Pilote, un referente de la historieta francesa durante 30 años hasta su cierre en 1989, fue el medio en el que vio la luz en 1967 la saga Valérian, agente espacio-temporal, ilustrada por Mezières y escrita por Jean-Claude Cristin. Las misiones de Valérian y Laureline, que tratan de evitar las paradojas temporales, los llevan a viajar a lo largo y ancho del espacio-tiempo, y parece claro que sirvieron de inspiración estética a Star Wars. El guiño a la saga estadounidense aparece en una historieta de 1983, donde aparecen Luke Skywalker y la princesa Leia compartiendo mesa con Valérian y Laureline en una cantina frecuentada por estos últimos. Los comics fueron reeditados por Dargaud y traducidos a diversas lenguas, incluida el castellano. La película Valérian de Luc Besson, que se estrena en 2017, da prueba de su vigencia.Norma Editorial, 2005-2010El británico Martin Amis plantea en esta novela lo que ocurriría si el tiempo transcurriera en sentido contrario, si alguien rompiese con sus amantes para después enamorarse de ellas, por ejemplo. Esto le ocurre al doctor Tod T. Friendly, un nazi agonizante que recorre su vida hacia atrás. En La flecha del tiempo, Amis realiza un ejercicio de pirotecnia que desconcierta al lector en el primer tercio de la novela, hasta que éste comprende lo que el autor se trae entre manos.Compactos Anagrama, 2010Este clásico de las letras británicas para niños y adultos ganó en 1958 la medalla Carnegie de la Asociación Británica de Bibliotecarios. En la historia del niño Tom, aburrido en el verano que ha de pasar en casa de sus tíos y deseando que cada noche suenen en el reloj de pared las 13 campanadas que le permiten trasladarse a la época victoriana, los lectores de todas las edades han encontrado refugio, por algo en 2007 fue uno de los dos libros juveniles favoritos de los británicos por votación popular. Su versión cinematográfica fue dirigida por Willard Carroll en 1999.Siruela, 2010