Y de regalo para los niños, cuatro candidatos

Hacer regalos a los niños suele placer a los adultos. Juguetes, cuentos, chucherías y cosas variadas permiten captar la atención del infante con la secreta esperanza de que pasen su exigente filtro y se conviertan en su cachivache favorito.

Hay regalos baratos, caros, juguetes tecnológicos, tradicionales. Faltaba la guinda de los obsequios para infantes. Pues ya está, cosa hecha: fijaos, niños, lo que os traigo: ¡cuatro candidatos a la presidencia del Gobierno!

Los caballeros que aspiran a presidir la cuarta economía de la eurozona se han puesto a disposición de niños de entre 5 y 12 años ante las cámaras de televisión. Y lo ha visto mucha gente: todos lograron audiencias por encima de los dos millones de espectadores, el que más Pablo Iglesias, un poquito menos Mariano Rajoy, ligeramente por debajo de ellos Albert Rivera y Pedro Sánchez.

Sabemos de la complejidad de la situación política, de la difícil salida que tiene la gobernación de España, del tambaleante marco europeo en el que vivimos. Pero los líderes parecen preferir la vía de escaparse; de usar, y hasta de abusar, de enseñar el "lado humano" que les recomiendan sus asesores de campaña. Debates con niños, vídeos de gatos, el programa de una coalición radical presentado en forma de catálogo comercial. Banalidad y trivialidad como árboles para tapar el bosque en el que se oculta la cruda lucha por el poder.