‘Sorpasismos’
Y es que cuando a los periodistas nos da por sorpasarnos… ¿Se acuerdan del momento escrache?
¡Qué sorpasón! Estoy tan sorpasada que me salen los sorpasos por las sorpasas. Esta última semana ha sido un no parar de sorpaso en sorpaso y lo que te rondaré, sorpasa. A pesar de la sorpasada que nos estamos pegando, con uno de cada cuatro titulares con la palabra sorpaso —permítanme la licencia de españolizarla con solo una ese— no parece que tengamos intención de sorpasarnos ni un pelo. Y no tomen esta columna por una sorpasa política; sí, estoy hasta los sorpasos, pero de cómo nos hemos lanzado a sorpasar este término con los sorpasos abiertos. La RAE todavía no se ha sorpasado, pero me temo que puede tratar de poner sorpaso a tanto sorpaso, valga la sorpasancia. Y si finalmente, y por petición popular, lo sorpasaran, que sea con una ese, por Sorpaso, para no tener que escribirlo siempre en cursiva.
Y es que cuando a los periodistas nos da por sorpasarnos… ¿Se acuerdan del momento escrache? Estuvimos escrachando como locos todo un escrache. A ver quién era el guapo que confesaba que ni escracha idea del origen de tan escracha palabra. Quedabas como un auténtico escrache. Yo me escraché un fin de semana, con vacío informativo por prescripción médica, y cuando volví todo eran escraches. Escraches por aquí, escraches por allá... Vamos, que tuve que correr a escrachar en Internet para enterarme de qué demonios era un escrache porque ni escracha idea. Hoy ya no escracha ni el gato escrachado pero sorpasamos como si no hubiera un mañana, hasta que sorpasemos a otro palabro al que escrachar sorpasadamente. Bueno, corto, que ya he agotado la cuota máxima de sorpasismos recomendada por la Asociación Internacional de Periodismo Cansino.
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