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Calvin Harris, el rey de la música electrónica

Ganó 58 millones en 2015 y destronó a David Guetta como el rey de los ‘djs’. Hoy es también el ex de Taylor Swift

Calvin Harris, en una actuación.Foto: reuters_live | Vídeo: Gtres / El País Vídeos

Corren muchas historias en la Red sobre por qué Calvin Harris se llama Calvin Harris. De hecho, hasta que su ahora exnovia Taylor Swift no empezó a llamarle Adam Wiles en las redes sociales poca gente sabía que este era su verdadero nombre. Las historias las ha contado el propio Harris, y, según reconoce, responde a los dos nombres. Cada vez que le preguntan, contesta con desidia y cuenta una historia distinta. Quizá sea uno de esos secretos que quiere guardarse para sí mismo, uno de esos pocos resquicios de privacidad que quiere conservar alguien que se ha convertido en el dj mejor pagado del mundo en los tres últimos años y en portada de revistas por su vida personal.

“Cuando empecé, quería ponerme un nombre artístico, y elegí un nombre real, con apellido. Debería haber elegido una sola palabra como hace todo el mundo, pero ya es demasiado tarde para cambiarlo”, bromeaba hace poco en una entrevista de radio. Algo muy distinto contó cuando empezaba a despegar en 2009. “Mi primer single era más parecido a un tema de soul y pensé que Calvin Harris sonaba un poco racialmente ambiguo”, dijo en una entrevista en ShortList. “Pensé que la gente no podría decir si era negro o blanco. Y después decidí quedarme con el nombre”.

Con ese nombre se ha hecho de oro. “Adam Richard Wiles, también conocido como Calvin Harris, tiene una enorme aura a su alrededor, sus residencias en Las Vegas, donde supuestamente gana más de medio millón de dólares [más de 400.000 euros] por sesión, le han elevado al estatus de superestrella”, explica Dan Prince, editor musical deÏUMAG, la revista editada por el hotel y club Ushuaia en Ibiza, donde Harris es un habitual cada temporada.

A sus 30 años, el escocés ha tardado menos de una década en convertirse en el nuevo David Guetta. Ha pasado de ser reponedor de supermercados (“Se me daba bien porque soy muy alto”, dice por su 1,95 de altura) a volver a alzarse como el dj mejor pagado por los 58,3 millones de euros que ingresó —según Forbes— en 2015, casi el doble de lo que ganó Guetta. “El crecimiento de la música electrónica ha sido astronómico… y, por casualidad, yo estaba en el lugar adecuado en el momento justo”, se justificaba hace un año.

Decidió “por accidente” convertirse en dj después de un par de discos con una banda en los que él era el cantante. Pero la abandonó convencido de que lo suyo era escribir, producir y pinchar música para otros.

“Lo que le convierte en uno de los mejores djs de hoy es una increíble gestión [de su carrera], y que no le asusta poner sus propios temas en sus sesiones. Además, respeta a la audiencia que tiene delante y ha pagado mucho dinero para verle. Por eso siempre da una buena actuación”, continúa Dan Prince.

Entregado a su carrera y su público, en 2008 dejó de beber precisamente para poder concentrarse cada noche. “Si bebes, no puedes recordar si el show que diste fue bueno o una basura”, decía. No quería tirar por la borda lo que había tardado tanto en conseguir.

Ruptura impulsada por él

I.C.

"La única verdad aquí es que una relación ha llegado a su fin y lo que queda es una enorme cantidad de amor y respeto”. Así zanjaba Calvin Harris en su Twitter los rumores sobre su ruptura con Taylor Swift. O eso creía. Dos semanas después del anuncio, los artículos sobre los motivos siguen sucediéndose. Según la prensa americana, fue una decisión de los dos, aunque empujada por él. Algunos medios aseguraban que solo unas semanas antes la cantante hablaba de matrimonio. Tras la ruptura, los dos han vuelto a sus ajetreadas vidas. Él, después de un pequeño accidente de coche, ha regresado a sus actuaciones regulares en discotecas de Las Vegas. Ella dio una actuación sorpresa en la boda de una fan. Y, por supuesto, lo divulgó por todas sus redes sociales. Una lección de márketing sobre cómo intentar controlar y cambiar la conversación mediática. Como hasta ahora habían hecho juntos.

En su antebrazo tiene un tatuaje que dice: “Entra con valentía”. Era, y es, su mantra cuando aún peleaba por convertirse en músico profesional en su pueblo natal, Dumfries, componiendo en secreto en su dormitorio y subiendo su música a la red MySpace. No se rindió hasta firmar con los mejores. Además de sacar sus propios discos, ha compuesto canciones para Kylie Minogue, y trabajado con Florence Welch, Gwen Stefani, Katy Perry, Cheryl Cole y Rita Ora. Aunque fue su colaboración con Rihanna lo que le llevó a lo más alto de las listas. Primero en 2011 con We Found Love, y este año repiten éxito con This is What You Came For.

Y, por supuesto, la fama atrae a la fama. La transformación física de Harris (pelo rubio, cuerpo de gimnasio) coincidió con su relación de casi un año con la cantante Rita Ora y empezó a generar titulares. Ya no era solo un dj. Tras la ruptura, empezó a salir con Taylor Swift en 2015, y su fama se disparó. Juntos, Swift y Harris se convirtieron en la pareja más poderosa de la música, según Forbes, desbancando a Jay-Z y Beyoncé. Los paparazis les esperaban en cada salida, y ellos también supieron explotar muy bien su relación a través de sus redes sociales, donde las declaraciones de amor e imágenes cómplices eran constantes. En marzo celebraron su aniversario con sus fans a través de Snapchat. Pero la semana pasada, Harris también confirmó en Twitter a sus casi ocho millones de seguidores la ruptura con la cantante tras 15 meses de relación. En un gesto propio de esta era, Swift lo confirmó retuiteándole.

“Las celebrities siempre acaban juntándose con otras celebrities, era inevitable que Harris acabara saliendo (aunque ahora lo hayan dejado) con Taylor Swift”, dice Dan Prince. “¿Le hizo eso más famoso? Quizá en América, pero no en Europa donde es aún conocido por su música”.

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