Manual de instrucciones para una okupación
El movimiento okupa de Madrid difunde un detallado compendio de consejos para llevar a cabo las acciones
El movimiento okupa ha demostrado una gran capacidad de respuesta a situaciones no previstas, pero a juzgar por el Manual de Okupación, 2ª edición revisada y ampliada, casi nada de lo que ocurre en sus acciones es fruto de la improvisación. Cada uno de los pasos de una ocupación, empezando por la elección de la casa o el inmueble, está minuciosamente recogido en este manual de 128 páginas por el que los autores advierten que nadie ha de pagar más de dos euros. En todo caso, no es el dinero lo que les preocupa, pues ya en su primera página renuncian a los derechos de autor y autorizan a cualquiera a fotocopiar, distribuir y difundir como quiera su contenido.
Conscientes de que el movimiento okupa acumula ya un considerable y variado corpus experimental, se preocupan de no herir sensibilidades advirtiendo de que no se trata de un tratado de okupación, sino un manual de instrucciones para “socializar el conocimiento acumulado”. Un manual muy completo y prolijo en todo caso, con una introducción teórica sobre el carácter de la okupación como opción política. Como una forma de cuestionar el sistema capitalista —“reconocemos y respetamos la posesión (esto es mío porque le doy uso), pero no la propiedad (es mío porque la ley lo dice)”— a través de negar el derecho a la propiedad privada. Aunque admiten que la crisis y los desahucios han hecho de la ocupación de pisos vacíos una forma de lucha política, para ellos, enfocar la okupación como una necesidad social o dentro del derecho a la vivienda es algo “secundario”. Lo que importa es la “okupación como herramienta revolucionaria”.
El manual es un compendio de lo que hay que tener en cuenta en cada paso, y es tan detallista que llega a explicar cómo marcar una puerta para saber cada cuanto se abre o cómo romper un cristal sin hacer ruido ni cortarse. Dedica un capítulo a cómo hacer las batidas para encontrar la casa adecuada en el barrio adecuado —aquel en el que puedan encontrar más apoyo— o a cómo han de comportarse en la casa para evitar que la policía pueda entrar. Especialmente delicado es, según el manual, el momento de la ocupación, que debe hacerse de forma sigilosa para evitar ser cogidos in franganti —una vez dentro, ya se consideran “moradores” y se necesitará una orden del juez para echarlos— para lo que sirve todo: desde simular una avería en el coche o una despedida de soltera para interrumpir el tráfico. También aconseja qué decir a la policía cuando quieran identificar a los ocupantes.
En todo caso, la regla es “reflexionar primero y decidir después”, tener todos y cada uno de los detalles previstos. Hay todo un capítulo sobre “albañilería y ñapas” y una extensa explicación de cómo han de actuar para evitar pruebas inculpatorias en caso de juicio, pues no es lo mismo ser acusados de una simple usurpación, castigada con pena de meses de cárcel, a que les imputen robo con violencia y resistencia a la autoridad, que puede comportar años de prisión. Si a pesar de todo, alguien considera que no es suficiente, el manual recuerda que hay tutoriales específicos en en wwwokupatutambién.net.
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