Justin y los ‘selfies’
El “me puedo hacer una foto contigo” algunas veces es una tortura que ningún famoso se atreve a denunciar
Ay, que Justin Bieber ha anunciado que ya no se hace más fotos con sus fans. Que él no es un bicho del zoo con el que retratarse, que no, y que está hasta los mismísimos de las fotitos con cara de resignación. Bueno, esto último no lo ha dicho pero lo añado yo de mi cosecha y les aseguro que es cien por cien verdad.
Normalmente, cualquier cosa que dijera, hiciera o perpetrara este jovenzuelo, ídolo de otras jovenzuelas como él, pero con menos dólares en su cuenta corriente, nos parecería fatal. Pero en este caso hay que darle la razón; si hasta la actriz Amy Schumer ha anunciado que no more selfies.
No querría comparar mi casi extinta y pequeña fama a la de una estrella nacida en YouTube —ya confesé aquí una vez que mis hijos me llaman Estela Reynolds, como a la estrella has been de la serie La que se avecina—, pero les aseguro que el “¿me puedo hacer una foto contigo?” algunas veces es una tortura que ningún famoso se atreve a denunciar a riesgo de ser linchado en las redes sociales por antipático, creído y otras cosas que no me atrevo a escribir sin puntitos y/o asteriscos. ¿Verdad, Clara?
Imagínense que van a sacarse sangre al ambulatorio, con prisas y casi con el pijama. Un selfie, por favor. O dos. O trescientos, si uno sale en prime time o es futbolista. Que vas a pasar la ITV. Un selfie. Que estás apurado porque te están esperando. Un selfie. Que te ha salido un pedazo de grano en medio de la frente y pareces un puñetero unicornio. ¡Un selfie!
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