Risas cobardes
Parece que todas las miradas vayan dirigidas a ellos, a su forma de ser, de vestir, de hablar. Esquivándolas como pueden, intentan adaptarse; buscan que alguien les sonría y les mire de otra forma. Han escuchado demasiados rechazos y desprecios. Al llegar a casa se echan a llorar preguntándose por qué. ¿Por qué? Necesidad de sentirse fuerte, intolerancia, debilidad y muchas más son las causas. La cobardía de reírte de él o de ella sabiendo que no se defenderá, dejar en ridículo o incluso humillar. Por parte de profesores también. Piensan que humillando a algún alumno conseguirán quedar como el profesor “enrollado”. ¡Qué triste! Así es como se demuestra la falta de sensibilidad y de empatía de una persona. Lo fácil y cobarde es reírse, lo difícil y valiente es ponerse de su lado, estar a su lado. Al final es cada uno el que decide lo que quiere ser, pero aquí sobran cobardes. Es tan sencillo como este texto, sencillo, hecho para que la gente que hace la vida difícil a los demás lo entienda.— Ignacio Pla Lado.
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