Financiando el urbanismo ciudadano
Por Vivero de Iniciativas Ciudadanas
¿Está el sector privado preparado en España para desarrollar un modelo más resiliente, ecológico y social en el desarrollo urbano de sus ciudades y edificios a recuperar? Europa, o mejor dicho, Holanda, Alemania, Bélgica, Suiza o Austria, son países donde el urbanismo ciudadano, opera como un complejo sistema de redes, empresas cooperativas, fondos de inversión y una administración que detonan procesos de innovación urbana y ciudadana en las ciudades.
Estos proyectos europeos nos muestran cómo la financiación de estos proyectos urbanos son procesos complejos, y no atienden a una dualidad iniciativa ciudadana – administración. Ejemplos como el proyecto ExRotaprint, ponen de relieve que los proyectos ciudadanos deben atender si cabe, con más precisión que en la relación privada, a diferentes agentes, marcos y sistemas de propiedad híbridos para garantizar la permanencia de los proyectos en sus lugares, sean estos inmuebles o suelos urbanos.
El proyecto berlinés de ExRotaprint, pionero en estos procesos, es un buen ejemplo. ExRotaprint es una cooperativa artística que ante la amenaza de venta del inmueble donde desarrollaban sus prácticas artísticas y comunitarias, decidió adquirirlo y garantizar la estabilidad de proyecto, más allá de la volatilidad del mercado inmobiliario de Berlín. El proyecto de Exrotaprint diluye el concepto de propiedad hasta que desaparece.
El mercado Inmobiliario en Berlín comenzó a principios de siglo a ofrecer una presión sobre el distrito del Wedding donde se situaba el edificio de la antigua rotativa. Precios bajos, para un mercado al alza. El proceso de gentrificación había comenzado. El proyecto creó una base legal sólida para minimizar sus riesgos. El edificio, como patrimonio arquitectónico, fue adquirido por la Trias Foundation y la Stiftung Edith Maryon, dos entidades financieras junto con la ExRotaprint gGmbH. Este partenariado forma la base para el desarrollo del proyecto independiente de los beneficios derivados por la propiedad del mismo. Las dos fundaciones, Trias y Edith Maryon, invierten en propiedades desde una perspectiva que aleja la especulación urbanística. Estas fundaciones invierten en proyectos con una orientación social, ecológica o cultural de tal forma que generen oportunidades para las comunidades asociadas a ellas.
La compra del terreno y el edificio de ExRotaprint no fue financiada por un préstamo. Las dos fundaciones y ExRotaprint firmaron un acuerdo cooperativo: ellas compran la propiedad en nombre de ExRotaprìnt gGmbH, con el fin de que el proyecto garantice los derechos de uso del edificio durante 99 años. ExRotaprint es, por lo tanto, el dueño del inmueble durante 99 años. Ellos son responsables de la propiedad relativa a sus finanzas, su mantenimiento y su desarrollo. Su única limitación es que no pueden vender el inmueble. Por otro lado, ExRotaprint debe pagar un 5% de intereses a las dos fundaciones. Por último, el status non-profit de ExRotaprint hace que ellos mantengan unos precios asequibles de alquiler del inmueble a otros proyectos y el dinero obtenido se emplea en el mantenimiento y actualización del inmueble histórico. Para ello, ExRotaprint cuenta también con un préstamo para la inversión en el mantenimiento del inmueble que llega a unos 2,3 millones de euros con el Fondo de Inversión Suizo CoOpera Sammelstiftung PUK. Esto es un resumen de la operación financiera del proyecto urbano y ciudadano de ExRotaprint.
Cómo éste, otros proyectos ciudadanos establecen unas relaciones con el mercado inmobiliario de este orden. Vemos cómo en los países europeos los proyectos de innovación ciudadana y autogestión establecen más relaciones con el sector privado que con la administración o los ayuntamientos. La cuestión de mantener un derecho de uso o propiedad compartida limitando las actividades que en ellos se alojan es una cuestión clave para que estos proyectos se mantengan en el tiempo. Y hay aquí una cuestión capital: el sector privado invierte en estos proyectos porque las personas detrás de ellos despliegan sus afectos en la continuidad de estos proyectos. No hay valor más seguro para un inversor que el proyecto esté enraizado en lo que llamamos Urbanismo Afectivo.
En el caso de España, los proyectos ciudadanos invocan a la administración la demanda de recursos, sean estos inmuebles, solares o económicos. Los proyectos, salvo excepciones, interpelan a la administración para su desarrollo. Luego países como España, Portugal, Italia o Grecia, batallan por un derecho legítimo de acceso a las infraestructuras públicas. ¿Está el sector privado preparado en España para desarrollar un modelo más resiliente, ecológico y social en el desarrollo urbano de sus ciudades y edificios a recuperar? ¿Está el sector público y la administración preparadas para confiar en el buen uso y hacer de los proyectos ciudadanos?
VIC Vivero de Iniciativas Ciudadanas junto con Eutropian, ha estado investigando estas cuestiones en ciudades como Berlín, Rotterdam, Budapest, Roma y ahora Madrid. Durante el 21 al 23 de Abril, un grupo de proyectos urbanos y ciudadanos seleccionados en un Open call europeo entre más de 80 proyectos formarán parte del taller Urbanismo Capital: Funding the Cooperative City que tendrá lugar en MedialabPrado. En Madrid las experiencias participantes son Wikitoki, Bilbao (ES), De Besturing, The Hague (NL) gracias al apoyo de la embajada de Holanda en España, La fabrika detodalavida, Los Santos de Mainona(ES), Gängeviertel, Hamburgo (DE), Instituto Do It Yourself IDYS, Madrid (ES).
Ante el reto de buscar iniciativas cooperativas y económicas en la ciudad de Madrid, muchos son los proyectos innovadores que vamos a visitar. Entidades como Goteo, MICROFINANCIACIÓN, coop57 /La Traviesa, FINANCIACION, Ecooo / Espacio savia solar ENERGÍA, Asociación Economía Bioregional, RECICLAJE Y MONEDA SOCIAL, Madrid agroecológico, SOBERANÍA ALIMENTARIA, Entrepatios coop./ Espacio Sannas. VIVIENDA, Koiki / Espacio Hub Madrid, MOVILIDAD, tejen una red de acción que conforma lo que podemos entender como un urbanismo cooperativo que despliegan sus intereses en múltiples ámbitos.
Por lo tanto, tenemos un reto en el urbanismo actual, que es el de hibridar las propiedades, las gestiones, y la financiación de los proyectos urbanos y ciudadanos más allá de las relación ciudadana-administración o ciudadana-capital privado. Por otro lado, los proyectos ciudadanos que surgen en Madrid y reclaman acceso a las infraestructuras son proyectos complejos, agregativos, que surgen desde las redes de iniciativas y espacios. Cómo articular los protocolos de acceso a los recursos es tarea fundamental para habilitar un urbanismo ciudadano, resiliente y accesible para todas. Los días 21, 22 y 23 lo discutiremos en Urbanismo Capital: Funding the Cooperative City.
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