¿Qué está pasando con nuestros adolescentes?
Pasaba por la verja de un instituto y, aunque tenía prisa, me detuve a escuchar la conversación
Pasaba por la verja de un instituto y oí unas voces púberes pero varoniles, que entre el bullicio, se distinguían por la proximidad. Tenía prisa, me dirigía a hacerme las ingles brasileñas, pero me detuve a escuchar la conversación.
- Ayer me terminé Memorias del subsuelo [gallo] ¡Es el recopetín! Dostoievski desarrolla [gallo] una profunda reflexión acerca de la contradicción que surge [gallo] respecto a la noción del bien y la libertad [gallo], reflexión que desafía la idea tradicional de racionalidad.
- Qué movida más tocha –le respondió el otro interlocutor-. En cuanto me termine [gallo] Casa de muñecas me lo dejas para que me lo lea [gallo].
Luego se acercaron unas chicas riéndose y les dijeron a los muchachos: “¡Vosotros! ¡par de nihilistas! U os dais el piro de aquí u os cucamos las cabezas”. La amenaza fue efectiva porque se fueron al punto, murmurando: “Se creen muy guays porque son poetisas”. Seguí poniendo la oreja, claro.
- ¿Has visto el Instagram de Débora? Ahora le ha dado por la pintura suprematista. Ayer posteó la foto de su último cuadro, Horchata, limonada y por detrás chocolatada nº64, y en media hora llevaba 12.000 likes.
- ¡Pues lo que le faltaba a la Devi! Por cierto, ¿vais a ir a la perfomance que va a hacer mi novio este finde? Se va a quedar toda la tarde del sábado delante del escaparate de Primark quieto, estático, como un gato de escayola.
- ¿Irá desnudo esta vez?
- Sí, y pintado de azul cobalto.
Luego sonó un ring que supuso el fin de la conversación y del bullicio y de todo, el patio se quedó vacío. Y entonces me sobrevino la pregunta: ¿Qué está pasando con nuestros adolescentes?
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