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Refugiados sirios en la Casa de Alba

Cayetano Martínez de Irujo y la familia de Saleh Abu Saleh, que vive en la finca de Carmona, claman por la acogida inmediata de víctimas de la guerra

Cayetano Martínez de Irujo, con la familia siria en Carmona.Vídeo: PACO PUENTES
Raúl Limón

"Bashar el Asad es un genocida, un asesino que tortura y mata a su pueblo desde hace décadas". Cayetano Martínez de Irujo Fitz-James Stuart, de 53 años recién cumplidos, duque de Arjona y conde de Salvatierra, habla así porque conoce de primera mano el drama de los refugiados sirios. Acoge en la finca de Las Arroyuelas de Carmona (Sevilla) a Saleh Abou Saleh, de 50 años, a su esposa Dima, diseñadora de 35, y sus dos hijos, de cinco y un año. Ambos comparten indignación por el papel de Europa en este drama y claman por una solución a un conflicto que ha dejado a millones de personas en un callejón sin salida. La vuelta a Siria es ahora una apuesta segura por la muerte y en estos momentos solo cuentan con una condena a la miseria en tierra extraña.

El duque anda enfrascado en intentar sacar adelante tres fincas de Sevilla y Córdoba para hacerlas rentables y mantener los puestos de trabajo. Las Arroyuelas, a los pies de Carmona, es la mayor: 1.500 hectáreas en la que trabajan 14 empleados fijos y decenas de temporales. Cuando Cayetano Martínez de Irujo pasa por esta tierra, se sienta con Saleh y su familia para compartir un café sirio mientras departen con indignación sobre la muerte de miles de compatriotas.

A la familia de Saleh le ha dejado una de las casas del complejo de forma gratuita. "Se pueden quedar aquí todo el tiempo que quieran, para siempre si es necesario, pero sería fundamental que puedan rehacer su vida", afirma Cayetano Martínez de Irujo.

Saleh le observa tranquilo, le escucha y asiente. Él era un urólogo con 14 años de experiencia en un hospital cerca de Damasco que fue bombardeado, al igual que su casa, hace más de tres años. Llegaron a España en mayo de 2013 con un visado obtenido en la Embajada española de Líbano. Pasaron de inmediato a una casa de acogida en Alcobendas (Madrid), pero sin ningún plan para facilitar su integración; Saleh aún tiene dificultades con el idioma y ha fracasado una y otra vez en los intentos de que le homologuen su título médico. Con ayuda del duque acaba de conseguir aprobar el examen teórico del carné de conducir, porque tampoco le aceptan su permiso sirio.

Cayetano Martínez de Irujo y la familia Saleh, en la finca de Carmona hace una semana.
Cayetano Martínez de Irujo y la familia Saleh, en la finca de Carmona hace una semana.paco puentes

El hijo mayor de Saleh se intenta acostumbrar a los espacios abiertos y a la presencia de animales, porque en sus cinco años no había visto ninguno y se había hecho a vivir hacinado. Todavía llora cuando oye el helicóptero de tráfico por la cercana autovía A-4. Su hermano pequeño, que ya nació en España, es mucho más abierto y no para de jugar con el duque, quien ayudó a que fuera registrado.

El aristócrata leyó en un periódico cómo Saleh y su familia, tras año y medio en el centro de refugiados de Madrid, se veían en la calle sin medio alguno de subsistencia. Llamó a su secretaria para que los localizaran, los citó y les dejó su casa. No comparte que este gesto sea exclusivo de alguien con recursos, y lo corroboran las ONG Accem, CEAR, Cepaim y Cruz Roja, organizaciones que aseguran que solo en Andalucía se podría acoger ya a los 16.000 refugiados previstos para toda España. Martínez de Irujo afirma que no hay un minuto que perder, en especial cuando ya ha comenzado el proceso de deportación a Turquía de inmigrantes ilegales que llegan a Grecia en virtud del acuerdo alcanzado por el país euroasiático con la UE. "Europa está más centrada en sus propios intereses que en cooperar. Es una vergüenza", afirma airado el quinto hijo de la duquesa de Alba y Grande de España, máxima distinción de la nobleza patria.

Martínez de Irujo y Saleh coinciden en que la salida es evitar tanto a Bashar el Asad como al Estado Islámico —"sería un intercambio de dictadores", advierten— y permitir la vuelta de los refugiados a su tierra. “Nos dejamos todos nuestros sueños”, admite el refugiado para indicar que todos querrían regresar a su tierra para reconstruirla.

Mientras, Saleh se considera afortunado por poder estar en un hogar, haber escolarizado a su hijo en Carmona y tener acceso a alimentos y medicinas, cuya carestía en Siria le causó la muerte a uno de sus hijos, de siete años, por la enfermedad de Wilson, una dolencia que impide al organismo deshacerse del cobre adicional.

El duque de Arjona y conde Salvatierra solo quiere servir de altavoz para que la historia de Saleh y su familia sea una llamada de atención para urgir la acogida de refugiados. Él ya tiene experiencia personal de compromiso con inmigrantes. Un keniano, entre otros africanos y sudamericanos a quienes ayudó, regresó con su ayuda a su país, donde ha formado una familia en la que uno de los hijos se llama Cayetano.

Empezar de cero

“Sé lo que es sufrir y no ser aceptado ni siquiera respetado. Es difícil empezar de cero”. Quien lo afirma es Saleh Abou Saleh mientras Cayetano Martínez de Irujo asiente rotundo y lanza una pregunta: “¿Imaginas que con 50 años te destruyen todo lo que tienes, te echan de tu casa y te obligan a estudiar de nuevo Medicina?”.

El duque de Arjona no ha tenido que empezar de cero, pero sí se encuentra en una nueva fase vital tras la muerte de su madre Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, duquesa de Alba. Las biografías más someras del noble lo destacan como jinete, actividad que le llevó a participar en los Juegos de Barcelona y ser campeón de saltos. Pero Cayetano anda centrado en hacer balance y convertir en rentable el patrimonio que le ha correspondido. Ahora gestiona 1.732 hectáreas entre Sevilla y Córdoba y no quiere delegar esta tarea. Sabe que cualquier empresa le cuestionaría primero el número de empleados y él quiere mantener todos los puestos de trabajo, pese a que en su entorno lo cuestionan. "Ganar todos y mantener los empleos, esos son mis objetivos", comenta.

También se ha hecho cargo los nuevos productos gourmet de la Casa de Alba, un proyecto en el que comenzó a trabajar en 2012 pero del que, desde enero de 2015 y tras el fallecimiento de su madre, ha tenido que ocuparse en solitario. Vende aceite de oliva virgen extra, galletas, turrones, carne, miel, dulces, chocolates y cerveza artesanal.

Además, es consejero asesor de la firma de moda Piel de Toro, una empresa con raíces sevillanas presente en nueve países y cuatro continentes. Otra línea de su actividad es la creación de un curso sobre el caballo en la Universidad de Murcia, una disciplina que abarcará todas las fases de la crianza equina.

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Sobre la firma

Raúl Limón
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, máster en Periodismo Digital por la Universidad Autónoma de Madrid y con formación en EEUU, es redactor de la sección de Ciencia. Colabora en televisión, ha escrito dos libros (uno de ellos Premio Lorca) y fue distinguido con el galardón a la Difusión en la Era Digital.

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