Cesc y los hombres
En toda su obra, el director nos enseña que un hombre defiende sus ideas del modo más fundamentalista... Hasta acabar hundido en la miseria. Y en ese momento, cambia de ideas
Nadie entiende a los hombres como Cesc Gay.
En Truman, la película triunfadora de los últimos premios Goya, Gay narró cómo los varones somos por completo incapaces de hablar de nuestras emociones aunque nos estemos muriendo (literalmente). En Una pistola en cada mano mostró que no sabemos perder y, por eso, tampoco sabemos ganar. Y en toda su obra, Gay nos enseña que un hombre defiende sus ideas del modo más fundamentalista... Hasta acabar hundido en la miseria. Y en ese momento, cambia de ideas.
Mañana se estrena en La Latina, después de su éxito en catalán, la comedia teatral de Gay Los vecinos de arriba. La pieza describe el momento en que una pareja "normal" se enfrenta a gente que vive de otra manera, y entra en crisis. Por supuesto, tratándose de Gay, es el marido -un señor sarcástico e intransigente- quien más bajo cae, y quien deberá reformular sus ideas y su conducta.
Lo bueno de que Los vecinos de arriba llegue a Madrid es que podrá verla Pablo Iglesias, que por mucho que se bese con sus amigos, es un machote de tomo y lomo. Al más puro estilo Cesc Gay, el líder de Podemos se ha pasado tres meses jurando que no pactará y vociferando contra el búnker. Hasta que ha visto el bajón en las encuestas y el subidón que le regalará a la derecha. Entonces, de repente, Podemos ha decidido que sí hay puntos de entendimiento con Ciudadanos y que es hora de reunirse amablemente con los vecinos del Congreso. Toda una lección de masculinidad viniendo de quienes defienden feminizar la política.
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