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PORQUE LO DIGO YO
Columna
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Adiós, fantasma

Charlize Theron tiene 40 años. Es demasiado mayor para dejar por 'ghosting', pero demasiado joven para hacerlo por fax

Xavi Sancho
Charlize Theron en un programa de televisión italiano el pasado marzo.
Charlize Theron en un programa de televisión italiano el pasado marzo. Cordon Press

En una entrevista concedida a The Wall Street Journal Magazine, Charlize Theron desmentía esta semana que hubiera utilizado el método del ghosting para finiquitar lo suyo con Sean Penn. Hasta hace unos días, servidor no tenía muy claro de qué iba esta práctica, que, al parecer, trata de irse de los lugares, las situaciones y las personas sin decir adiós. O sea, lo que desde 1789 se conoce como una despedida a la francesa. Pero en plan joven. Ya saben, con universalizada nomenclatura en inglés y dejando al abandonado observando su pantalla de móvil, en vez de contemplando desolado el vacío existencial que ahora yace en el lado izquierdo de la cama, en todos los atardeceres, en todas las sinceras sonrisas de los niños. Charlize Theron tiene 40 años. Es demasiado mayor para dejar por ghosting, pero demasiado joven para hacerlo por fax, el método que patentó Daniel Day Lewis, de 58 años, para la generación previa a la de la sudafricana. Servidor, que se encuentra en una franja de edad similar a la de la actriz, se topa casi a diario con el drama que significa aprender términos contemporáneos que jamás podrá poner en práctica, ya sea por pudor o porque, como se daría en el caso de verse en una alcoba junto a Charlize Theron, no sabría ni por dónde empezar. Ghosting, twerking, sexting, fracking…

Crecer, cuentan, es empezar a arrepentirse. Crecer es empezar a recordar cosas que hace más de diez años que pasaron, pero no saberse el número de tu teléfono móvil. Crecer es sentir que da la misma pereza decir "hola" que decir "adiós". Crecer es fascinarse ante al existencia del ghosting. Envejecer es que se te salga la mandíbula al tratar de pronunciarlo.

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Sobre la firma

Xavi Sancho
Forma parte del equipo de El País Semanal. Antes fue redactor jefe de Icon. Cursó Ciencias de la Información en la Universitat Autónoma de Barcelona.

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