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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Crisis en el socialismo francés

La reforma laboral y algunas medidas antiterroristas desgarran a la izquierda

Manifestación en París contra la reforma laboral del Gobierno socialista francés, el 31 de marzo de 2016.
Manifestación en París contra la reforma laboral del Gobierno socialista francés, el 31 de marzo de 2016.IAN LANGSDON (EFE)

Las huelgas realizadas en Francia contra la reforma laboral dejan ver en carne viva las divisiones de la mayoría socialista que gobierna el país desde 2012, a causa del desgaste provocado por este proyecto de ley y acentuado por el propósito de incrementar el arsenal legal de medidas antiterroristas.

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Las protestas afectan al Gobierno de Manuel Valls, impulsor de una modernización del mercado de trabajo que prácticamente liquida la jornada de 35 horas, da prioridad a los convenios de empresa sobre los sectoriales y facilita los despidos colectivos, en nombre de la generación de empleo. Los críticos de la reforma valoran el proyecto como una vía a la precarización del trabajo y no se conforman con la retirada de los topes a las indemnizaciones por despido, decidida a última hora para suavizar las protestas.

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A ello se suma el fracaso de la reforma constitucional impulsada por el presidente de la República, François Hollande, quien se ha vuelto atrás en su intención de privar de la nacionalidad a los condenados por terrorismo. El error de Hollande fue jugar en un terreno tan desestabilizador para la izquierda como las libertades individuales a cambio de una medida de dudosa eficacia disuasoria para terroristas; y se ha visto sin fuerzas para arrancar de las dos cámaras parlamentarias —una con mayoría de izquierdas, y la otra de derechas— el consenso necesario para introducirla en la Constitución.

Ambos proyectos han producido grandes debates nacionales, pero sobre todo se han enredado por los desgarros entre la corriente más liberal del socialismo y la izquierda clásica. En un país inseguro frente al yihadismo, preocupado por el paro y castigado por la propaganda del Frente Nacional contra la inmigración y contra Europa, el socialismo se muestra muy débil frente a una derecha en reconstrucción y a una potente ultraderecha, a un año de las elecciones.

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