Diez iconos pop que trabajaron con Woody Allen antes que Miley Cyrus
No consiguieron ni buenas críticas ni prestigio pero lo apuntaron en el currículum
Cuando suena el teléfono y el que llama es el responsable de casting de la próxima película de Woody Allen (Nueva York, 1935) nadie se atreve a decir que no. Aparecer en una de las producciones del longevo director es casi un pasaporte instantáneo al reconocimiento por parte de la industria cinematográfica pero no siempre ha ocurrido así. Miley Cyrus (Nashville, 1992) es la última en unirse a una larga lista de iconos pop que han trabajado con el neoyorquino y será la protagonista de la miniserie que el director prepara para el distribuidor Amazon. Recordamos otras figuras populares y con hueco en el imaginario colectivo que trabajaron con Allen (y las consecuencias que eso trajo para la carrera de los actores).
Sylvester Stallone (Bananas, 1971)
Parece que el cine se está reconciliando ahora con un actor al que menospreció durante años dada su querencia por papeles en los que lucía músculo y soltaba mamporros sin demasiado atino. Ahora, rozando los 70, Sylvester Stallone (Nueva York, 1946) puede decir con orgullo que trabajó en el segundo largometraje de Woody Allen. Se trata de un papel ínfimo y casi nadie lo recuerda pero esa aparición en el metro de Nueva York fue el comienzo de una, al menos, rentable carrera.
Naty Abascal (Bananas, 1971)
Nunca se ha considerado actriz pero Naty Abascal (Sevilla, 1943) estuvo durante años trabajando como modelo en Nueva York e hizo su debut en el cine en la misma película que Sylvester Stallone. De ella podría decirse lo mismo que The New York Times dijo de Lola Flores, ya saben: “No canta ni baila pero no se la pierdan”. Su sola presencia delante de una cámara con una belleza que todavía no se había visto alterada por los retoques estéticos resultaba hipnotizante. No volvió a pisar un plató de rodaje pero continúo hasta el día de hoy figurando en cualquier escenario del lujo.
Carrie Fisher (Hannah y sus hermanas, 1986)
Mal que le pese a Carrie Fisher (Los Ángeles, 1956) la audiencia la recordará toda su vida como la Princesa Leia. En 1986, tres años después de El Retorno del Jedi, la también escritora aparecía con un pequeño papel en una de las películas más recordadas de Allen y también de las más aplaudidas por la crítica. Eso no sirvió para nada en la carrera de Fisher, quien siguió enfrascada en proyectos mediocres, adicciones y que ahora se presenta como una superviviente de una fama extrema (y vuelve a ser Leia en El despertar de la fuerza).
Elle Macpherson (Alice, 1990)
El Cuerpo se encontraba en la cúspide de su carrera como modelo cuando Woody la llamó para hacer precisamente de eso en su película Alice. Elle Macpherson (Sidney, 1964) no se lo pensó dos veces y decidió que un papel igual que lo que había estado haciendo durante años era lo mejor para entrar en el cine (y de la mano de un director reputado, nada menos). Si hubieran puesto un florero hubiera dado el mismo juego y hoy son pocos los que se acuerdan de este cameo.
Juliette Lewis (Maridos y mujeres, 1992)
Con un personaje que el doblaje español convertía por definición en insoportable, Juliette Lewis (Los Ángeles, 1973) se convertía en musa de Allen en otra de sus películas más recordadas. La actriz daba sus primeros pasitos en el celuloide y nada auguraba que su carrera sería todo un referente en los noventa. Después llegarían los 2000 y con ellos una travesía por el desierto en el que despuntan pocos papeles relevantes y así hasta llegar a la adaptación fílmica de Jem y los hologramas que da un poquito de vergüenza ajena. Ah, pero su carrera como cantante dio más de una alegría.
Mary-Louise Parker (Balas sobre Broadway, 1994)
Decir ahora que una actriz trabaja sobre todo en televisión es motivo de orgullo pero no lo hubiera sido tanto hace 20 años. Esos son exactamente los que han pasado desde que Mary-Louise Parker (Fort Jackson, 1964) trabajara bajo la batuta de Woody Allen. Ahora es la protagonista de Weeds (y parece que siempre lo será) pero entonces era una jovencita actriz con un futuro brillante a las órdenes de ese director que parecía más europeo que estadounidense.
Drew Barrymore (Todos dicen I love you, 1996)
Siendo apenas una niña Drew Barrymore (California, 1975) sufrió en carnes propias ser la protagonista infantil de una película de éxito mundial como E.T. Y las consabidas consecuencias: alcoholismo infantil, abuso de drogas... Algo más crecidita y después de unos papeles para olvidar aparecía en el musical de Woody Allen en donde, atención, también lo hacía Julia Roberts (Georgia, 1948). Ninguna de las dos volvió a trabajar con el director pero son quizá ejemplos de exitosas carreras en Hollywood, Roberts como actriz y Barrymore como productora.
Leonardo Dicaprio (Celebrity, 1998)
A pocos días de conocer si se hará o no con el Oscar por su trabajo en El Renacido seguramente Leonardo Dicaprio (Los Ángeles, 1974) ni recuerde este trabajo en una película de Allen que no gustó demasiado a la crítica y que se desarrollaba en forma de episodios. El papel de Dicaprio es el de una estrella caprichosa y con pocos papeles en su haber pero habiendo pasado ya por el Titanic resulta arriesgado que se prestara para él teniendo en cuenta la facilidad del público para confundir actor y personaje. Para saber cómo continúa la carrera del italoamericano tan solo hay que volver a la primera línea.
Charlize Theron (Celebrity, 1998)
Bastante peor fue el papel que le tocó interpretar a Charlize Theron (Sudáfrica, 1975) en la misma película. Acreditada como 'modelo' se limita a pasear su escultural figura por el set haciendo lo que en aquel entonces mejor se le daba, posar. Ni en sus mejores sueños podía imaginar que esto tan solo era el trampolín que necesitaba para acabar siendo reconocida como una de las mejores actrices de su generación. Y por haber puesto Sudáfrica en el mapa de Hollywood.
Chloë Sevigny (Melinda y Melinda, 2004)
Chloë Sevigny (Springfield, 1974) es esa chica de belleza extraña que siempre está en los saraos de Nueva York muy bien vestida y que colabora de vez en cuando con Opening Ceremony. En realidad fue musa de Larry Clark y años más tarde lo sería de Woody Allen en esta película que pasó sin pena ni gloria por los cines. Chloë siempre podrá disfrutar, de todas maneras, con el hecho de que cualquier Allen menor le da mil vueltas al resto de directores de su país. Eso sí, su carrera cinematográfica parece en dique seco con algunos brillos puntuales muy de vez en cuando.
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