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Ricardo Gómez: “‘Cuéntame’ se sabe reinventar muy bien”

Desde 2001, el actor interpreta en la serie de TVE a Carlos Alcántara y el público lo ha visto crecer en la pantalla chica.

El actor Ricardo Gómez / Foto: Darío Vázquez Pérez
El actor Ricardo Gómez / Foto: Darío Vázquez Pérez

Ricardo Gómez (Madrid, 1994) pasó de ser la tacita del musical La Bella y la Bestia encarnar a Carlitos en la serie Cuéntame cómo pasó. El público lo ha visto crecer en la televisión y hoy continúa siguiendo en la pantalla a un Carlos veinteañero, pilar fundamental en la historia de una familia que retrata a la España contemporánea.

Pregunta. ¿Su vida es tan intensa como la de Carlos Alcántara?

Respuesta. No. Para nada. A ver: no es que mi vida sea muy tranquila, pero no es tan intensa como la del personaje. No paro por casa, voy de aquí para allá, pero sin dramatismo.

P. ¿Qué es lo más fuerte que le ha pasado a usted?

R. Pues… Uf, es que… Tampoco me han pasado cosas muy fuertes. Un par de operaciones: de anginas y del apéndice. Pero nada más.

P. ¿Hay algún parecido entre su familia real y su familia ficticia?

R. Ninguno. Yo tengo un hermano ocho años mayor que yo y Carlos varios. Y mi familia no es nada tradicional, como los Alcántara. No hacemos grandes reuniones familiares, por ejemplo.

P. ¿Su madre lo ha acompañado siempre a los rodajes?

R. Mi madre sólo ha pisado tres o cuatro veces el plató de Cuéntame. Porque decía que quería huir de la imagen típica de las madres de los artistas. Cuando era niño siempre tuve una tutora legal y era ella la que se hacía cargo de nosotros.

P. Entre su personaje y usted hay un desfase de dos años. ¿Qué ha vivido primero en la ficción y luego en la vida real?

R. El primer beso fue primero en la ficción que en la realidad. También voté por primera vez como personaje y luego en la vida real.

P. Ya van tantas temporadas de la serie que incluso en Facebook hay un grupo que se llama “Vivo con miedo a que Cuéntame nos alcance y se colapse en espacio/tiempo.” ¿Qué le parece?

R. Pues a los que se lo toman muy en serio les diría que no los alcanzaremos nunca. Entiendo que ya vamos en el 84 y…. bueno, a alguno puede asustarle. Se comprende.

P. ¿Nunca se ha cansado de interpretar al mismo personaje durante tantos años?

R. Sí, claro. Hay guiones que te gustan mucho y guiones que no. Días de rodaje maravillosos y días que dices ¡uf! Pero inmediatamente te das cuenta de que estas en una serie que se sabe reinventar muy bien. O sea: no hago siempre lo mismo. Si fuera así, hace años que me habría ido. Mira: he tenido una trama en la cárcel, he estado en un incendio, he llevado un bar, ahora estaré cerca de una bodega… En fin: siempre hay algo diferente e interesante que te aporta mucho y te motiva a seguir.

P. ¿Gasta lo buena parte de lo que ha ganado en caprichos?

R. Hasta hace muy poco he tenido conciencia del dinero. Gracias a mi madre, no he cometido excesos. Gano dinero desde los siete años pero jamás he sido un derrochador. Ahora tengo mis caprichos, pero son bastante normales. Si me quiero comprar un móvil de última generación, cojo y me lo compro. En mi cumpleaños me autoregalo algo que me apetece. Pero nada más.

P. ¿Qué tal lleva la fama?

R. En muchos sitios la gente me pide que me haga fotos con ellos. Según mi estado de ánimo me puede apetecer más o menos, pero es una cosa con la que convivo desde hace mucho tiempo y no me cabrea. En cambio, muchas veces, a la gente que me acompaña sí: ‘joder, ¿es que no nos van a dejar tomar una cerveza?’, me dicen. Pero este año, con la barba, estoy pasando más desapercibido.

P. ¿Se ha dejado la barba por exigencias del guión?

R. Lo propuse yo para la temporada pasada y me dijeron que no. Para esta lo propuse otra vez y ahora sí aceptaron.

P. ¿Cuántas horas dura el rodaje cada día?

R. [Cuenta con los dedos] Nueve, más una de comida. Tardamos ocho meses en grabar una temporada de la serie. Descansamos cuatro o cinco meces, que nos lo hemos montado muy bien porque coincide con el verano.

P. En todos estos años, durante esas jornadas de rodaje habrá hecho alguna travesura, ¿no?

R. Pues no es una gran gamberrada, pero cuando yo tenía 10 años o así, hicimos un periódico, el periódico del plató. Era semanal. Redactaba cosas que pasaban en el rodaje, con los miembros del equipo y tal. Lo imprimía, dejando huecos grandes y pegaba fotos o dibujos, y sacaba fotocopias. Todos los jueves, día de la emisión de la serie, lo repartía a la hora de la comida a todo el equipo. Eran cotilleos del plató. A veces nos metíamos con uno, con otro. Poníamos: ‘fulano se queja de que suda por el calor de los focos.’ Vacilábamos. Otro decía: nuevo actor que se incorpora, démosle la bienvenida. Cosas que pasaban. En una mudanza perdí los originales, una pena.

P. ¿Qué le ha dado y qué le ha quitado el hecho de crecer entre adultos?

R. Quitado, nada. Porque al terminar el rodaje yo iba con mis amigos a jugar, como todos los niños. Me ha aportado una madurez productiva y el sentido de responsabilidad. Siento que he madurado a una edad más temprana, pero no considero que eso me haya quitado nada.

P. Ahora estudia literatura. ¿Va a clase o sólo se presenta a los exámenes finales?

R. Este año he hecho una pausa. No me he matriculado porque realmente no tengo tiempo para ir a clase. Con los rodajes y las cosas que tengo pendientes, pues… decidí tomarme este año con más calma. Pero los dos primeros años de la carrera iba a casi todas prácticamente al examen y a otras iba cuando podía. Si la clase empezaba a las ocho, pues iba, pero a las 10 ya pasaban a recogerme para ir al rodaje. Pero era muy cansado: clases, rodaje, dormir poco… En fin, que este año decidí tomarme todo con más calma. Ya tendré tiempo de retornar la carrera.

P. ¿Por qué eligió estudiar Literatura y no actuación?

R. Digamos que pensé que Literatura me iba a nutrir del origen de todas las historias. Luego entré y vi que la carrera iba por otro lado. A actuar aprendí sobre la marcha. Antes, Alicia Hermida, la actriz que interpretaba a Valentina, era nuestra coach. Los más jóvenes nos impregnamos de su escuela, porque siempre estaba detrás nuestro, y aprendimos mucho.

P. ¿Por qué no le gustan los capítulos especiales o monográficos de la serie?

R. Lo que no me gusta es que haya capítulos de 20% cosas nuevas y 80% imágenes de capítulos anteriores. Me parecía que era un engaño al espectador. Pero también entiendo que una serie que hace 19 capítulos al año necesite, de vez en cuando, un capítulo que nos lleve menos tiempo rodar. Y hay gente que le gusta eso. En fin, el gusto es como el culo: todo mundo tiene uno. A mí, son los capítulos que menos me gustan.

P. ¿Qué pasó con la actriz Pilar Punzano, que interpretaba a Irene en la serie, que ya no continuó siendo parte del elenco?

R. Bueno, digamos que eso ha llamado la atención porque ha sido alguien que rema en la dirección contraria al equipo. Pero eso no frena el barco. En ese tema, la verdad es que he estado bastante al margen porque soy de la opinión de que si alguien tiene un problema, lo tiene que resolver con quien lo tiene. No sé la parte de razón que tendrá, sí sé la parte que no, pero no me meto.

P. ¿Le da mucha importancia a los datos de audiencia?

R. De peño, nada. Luego hubo una época en que me empecé a interesar. Y luego decidí que ya no. A lo largo del viernes me entero del dato, porque alguien me lo dice, pero ya no le doy importancia.

P. Lo que sí le interesa mucho es la dirección audiovisual. ¿Algún día vamos a ver un capítulo de Cuéntame dirigido por usted?

R. Lo dudo. Porque cuidan mucho quién se pone en el timón. Me gustaría. Pero… creo que me costaría mucho dirigir a Imanol [Arias], por ejemplo. Y [Juan] Echanove no me tomaría en serio.

P. ¿Qué será de usted el día en que acabe la serie?

R. No tengo ningún miedo a ese día. Las etapas se abren y se cierran. Supongo que será muy triste el día del último rodaje, pero no será el fin del mundo.

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