Estos son los mejores discos españoles del momento

Actualización: Voces del extremo, de Niño de Elche se hizo finalmente con el galardón al mejor disco del año.

Cuenta PJ Harvey que el 11-S de 2001 vio cómo ardía el Pentágono desde la ventana de su habitación de hotel en Washington el mismo dia que le concedieron su primer Barclaycard Mercury Prize por Stories from the city, stories from the sea. Diez años después, en 2011, la artista británica subía al escenario para recoger su segundo Mercury Prize por Let England Shake: un disco que habla de Inglaterra y de su historia con tanta maestría que podría haberse estudiado en las asignaturas de lenguaje o música en cualquier colegio de Reino Unido. De esta forma, Harvey se convertía en la única artista en ganar dos veces este prestigioso reconocimiento y sus álbumes, que casi han llevado a cabo una función evangelizadora, eran el paradigma de la calidad sonora.

Al igual que el galardón británico, el Premio Ruido –que otorgan los Periodistas Asociados Musicales (PAM) al mejor LP del año– tiene como propósito reconocer el buen pelaje de un disco. No importa si el artista que lo firma acapara listas de éxitos, se autoedita, canta en lengua cooficial o publica sus trabajos en una multinacional. Tampoco importa si el disco se ha producido con el mimo de un alfarero que engendra sin prisa una colección de vasijas o se ha despachado en el estudio en solo una semana porque se ha grabado en directo.

El Premio Ruido se entrega este martes por la noche en una modesta gala que se celebrará en la sala madrileña El Sótano; será conducida por el periodista de Radio 3 Ángel Carmona y en ella se premiará solo a uno de los 12 finalistas que optan al premio. Darío Manrique, presidente de la PAM, tiene claro el objetivo del premio: “Queremos que sirva para que el ganador del premio y los nominados tengan más exposición. Siendo esta primera edición quizá no vamos a conseguir tanta repercusión como los premios Feroz; pero ojalá sea el caso dentro de un año o dentro de dos”. Sobre el camino hasta llegar al Premio Ruido, previa formación de la PAM, Manrique confiesa que no ha sido fácil llegar hasta aquí porque no hay financiación excepto un colaborador: Tiketea.

La estatuilla está diseñada por Manuel Eslava. Es un reconocimiento al trabajo y al esfuerzo de artistas que tratan de elaborar discos con cierto significado y que sirven para identificar a gente dispar que siente lo mismo en un momento concreto. Gracias a la variedad y el nivel de los discos finalistas (los hay que se revuelven del gusto en el flamenco, pasean por el folk, extienden el pop o embaucan con la psicodelia) seguir diciendo aquello de que un grupo no parece español por lo bien que suena pasó a mejor vida: “Es un poco cateto decir que un grupo no parece español si suena demasiado bien. Hay que perder los complejos: que algo que suene español no significa que suene cutre”, concluye Manrique.