Seis momentos virales de la lucha por la igualdad

AskHerMore fue el hashtag de la alfombra roja de los Oscar de 2015, instando a los periodistas a preguntar más y mejor a las mujeres; el último calendario Pirelli dio una vuelta sobre sí mismo y cerró el mercado de lo estrictamente sexy para dar paso a mujeres influyentes y destacadas por algo más que por su cuerpo; #62MillionsGirls arrasó en Twitter de la mano de MIchelle Obama por la escolarización de las niñas... El feminismo crece y se expande, no solo geográficamente, sino en las esferas de poder, en los medios de comunicación, en la cultura. Aquí, recopilamos seis vídeos de la lucha por la igualdad que se hicieron virales en los últimos meses.

El año pasado, un estudio de la Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR) reveló que seis de cada 10 adolescentes víctimas de violencia de género sufrieron acoso a través de las redes sociales y el móvil, y de ellas, más de la mitad (51,1%) no era consciente de lo que estaba ocurriendo. En la gran mayoría de los casos es violencia psicológica, un tipo de agresión más difícil de identificar que la física y por lo tanto, más complicada de afrontar.

No han sido pocas ni leves las discusiones y confusiones en torno a la palabra feminismo y al concepto de ser feminista (o no serlo). Malala Yousafzai, Nobel de la Paz, confesó en esta entrevista con Emma Watson que solo cuando escuchó a la actriz durante su discurso en la sede de las Naciones Unidas en 2014 se atrevió a posicionarse: "La palabra feminista es un poco difícil. Cuando la oí por primera vez escuché connotaciones negativas y unas cuantas positivas. Dude si definirme o no como una feminista. Pero luego escuché tu discurso y me di cuenta que no hay nada de malo en definirme como feminista. Así que sí, soy feminista y todas deberíamos de serlo porque la palabra feminismo no es otra cosa que igualdad".

Una igualdad que sigue pareciendo una utopía. Este año la declaración de Beijing (IV Conferencia Mundial sobre la Mujer) cumplirá 21 años, y el punto siete de aquella hoja de ruta mundial, el que aludía a la acción urgente para combatir las limitaciones y obstáculos que las mujeres de todo el mundo se encontraban para alcanzar la igualdad plena, sigue sin cumplirse y todavía existen desiertos tremendos en materia de política y leyes. Los datos del último informe de Naciones Unidas sobre la situación de la mujer en el mundo, la sexta edición de The World’s Women Report, ofrecen una visión poco optimista del futuro; los avances son lentos, la desigualdad continúa y se acentúa según se escala en la pirámide de poder. Si los pasos siguen siendo tan cortos se tardará aún otro siglo en alcanzar esa simetría.

Era George Clooney quien recibía el premio honorífico Cecile B. DeMille a toda su trayectoria, pero fue Amal Alamuddin, su mujer, quien recibió todas las alabanzas de Amy Poehler y Tina Fey, las presentadoras de la gala de los Globos de Oro 2015, como reivindicación a esas "damas" que siempre quedan en segundo plano. Fey llamó a Clooney "el marido de Amal" y fue entonces cuando empezó la larga lista de definiciones de la libanesa: abogada, activista, escritora, especializada en Derecho Internacional, Penal, Extradición y Derechos Humanos. "Y sin embargo es él el premiado...", apuntillaron las presentadoras.

En aquella ocasión todo estuvo cubierto por el humor y la atmósfera de una gala de Hollywood, pero la realidad es que habitualmente son los propios medios de comunicación quienes presentan a quienes acompañan a los actores como "las mujeres de". Una "inofensiva" tradición que consiste en preguntas interesantes a ellos e insistir solo en el envoltorio con ellas. Algo que algunas de las actrices que pasan por las alfombras rojas -Jennifer Aniston, Cate Blanchet, Elisabeth Moss, Julian Moore o Tatiana Maslaney entre otras- han empezado a usar a su favor para reivindicar la igualdad de género y el reconocimiento por su trabajo.

Que todo acaba es algo incontestable. Pero va más allá de toda lógica que el atractivo de la mujer tenga fecha de caducidad marcada. Ocurre en Hollywood, y es Amy Schumer, agitadora en ascenso de clichés y conciencias en Estados Unidos desde que fue finalista en 2007 de Last Comic Standing, quien hizo el pasado año un sketch en el que Julia Louis-Dreyfus, Tina Fey y Patricia Arquette celebran "el último día follable" de Louis-Dreyfus en el sector cinematográfico. Entre las tres explican a Schumer que nadie lo dice abiertamente, pero hay señales inequívocas de que para la industria ya no eres atractiva (sexualmente).

Una aparentemente inocente Schumer pregunta por ese último día de los hombres, como única respuesta obtiene una carcajada general. Ellos siguen siendo atractivos. Siempre. Y cobran más, también siempre. Desde hace unos años, actrices como Anne Hathaway o Liv Tyler han utilizado cada oportunidad para denunciar no solo el desequilibrio salarial, también de oportunidades. Fue precisamente Patricia Arquette quien, en los Oscar de 2015, habló alto y claro del tema: "A todas las mujeres que han dado a luz, que pagan sus impuestos y que son ciudadanas de esta nación, hemos luchado por los derechos de todos los demás. Ya es hora de que tengamos de una vez por todas el mismo salario (que los hombres) y los mismos derechos para las mujeres en Estados Unidos". El discurso de Arquette provocó un efusivo aplauso (jaleo incluido) por parte de algunos de los invitados, entre ellos Meryl Streep, otra veterana en la lucha por la igualdad, Jennifer López o Ethan Hawke.

"Estrena las veces que quieras" es la frase del anuncio que Multiópticas lanzó en la primavera de 2015. Un hombre con gafas nuevas entraba a un bar con tinte western mientras decenas de mujeres semidesnudas lo miraban fijamente. Entonces se escuchaba el "estrena las veces que quieras". No quedaba muy claro si era estrenaba gafas o mujer. La marca arguyó que la intención se había malinterpretado y negó que tuviera tintes machistas.

Fue la artista Yolanda Domínguez (Madrid, 1977) quien comenzó la protesta por la continuación de los estereotipos femeninos en la publicidad. Lanzó una convocatoria por redes sociales invitando a cualquier mujer a que se vistiera como las chicas que salían en los anuncios y fueran hasta alguna tienda de la cadena. La acción terminó por cuajar en dos establecimientos de Madrid y uno de Sevilla. Se marcharon con algunos insultos, un intento de detención por parte de ocho policías en la capital andaluza y también la comprensión de los dependientes una vez que Domínguez explicaba el objetivo. No era otro que eliminar esas dos cualidades que la mujer arrastra en los medios: ser accesible y accesoria.

No. Las preocupaciones de las mujeres no giran en torno al móvil o el maquillaje. Pero los presentadores de la radio Power 106 de Los Ángeles, Eric D-Lux y Justin Credible, debieron creer que sí y preguntaron a Ariana Grande con cuál de esos dos objetos se quedaría si fuera la última vez que pudiera usarlos. La actriz y cantante sonrió con sorna y preguntó si realmente los hombres creen que las mujeres tienen ese tipo de preocupaciones: "¿Crees que es eso en lo que las chicas tenemos problemas para elegir?". "Absolutamente", contesta el locutor, divertido, y no para ahí: "¿De verdad puedes estar sin tu teléfono?". Un sí rotundo es la respuesta de una Ariana Grande más que indignada por la insistencia sexista del presentador, que explica que disfruta con las conversaciones reales y el contacto real. Tanto Credible como D-Lux gritan un irónico: "Chicas, aprendan". Y ella no se deja achanta: "Chicos. Chicos, aprendan. Ambos, chicos y chicas, todos podemos aprender".

Las preguntas sexistas vienen levantando el debate desde hace décadas (sí, en 1975 Helen Mirren ya le plantó cara a Sir Michael Parkinson cuando éste le preguntó acerca de sus pechos como impulso para su carrera) y sigue ocurriendo lo mismo en entrevistas, premios y sus respectivas alfombras rojas. Hashtags como #AskBetterQuestions, que ya apareció en los Globos de Oro de 2014, o #AskHerMore, creado por la directora Jennifer Siebel Newsom, intentan concienciar a los medios de comunicación y luchan por un trato igualitario.