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Migrados
Coordinado por Lola Hierro

Hospitalidad, una campaña para ayudar a los refugiados

Lola Hierro

Unos sirios besan el suelo tras haber llegado a la costa turca. / Sergi Cámara (Entreculturas)

La crisis de los refugiados ha alcanzado cotas dramáticas. Con 60 millones de desplazados, ya es la mayor desde la Segunda Guerra Mundial. Tan solo en 2015 perdieron la vida en el Mediterráneo 3.771 personas intentando llegar a Europa. Por tierra, hombres, mujeres y niños se agolpan en las fronteras de un contiente que les permite entrar con cuentagotas y, cuando lo consiguen, encuentran con que los recursos de ayuda son escasos o inexistentes. Que no encuentran un lugar para vivir, que no entienden el idioma del país al que han llegado, que no saben qué papeles deben tramitar. Parece que todo son trabas, y más cuando atendemos a noticias tan preocupantes como la que se conoció hace un par de días: que Dinamarca ha decidido requisar los objetos de valor a los refugiados que reciba para contribuir a su mantenimiento.

En España la situación también es preocupante. Del millón de personas migrantes y refugiadas llegadas por mar a Europa en 2015, 3.845 entraron por la península ibérica y 10.900 lo hicieron por Ceuta y Melilla. Y pese a que España se comprometió a acoger a 19.000 de las que llegaron a las costas de Grecia e Italia, sólo ha recibido a 18.

Tanto la sociedad civil como muchos ayuntamientos (en España eran 55 hasta septiembre) han dado muestras desde el primer día de su preocupación y su interés por aliviar el padecimiento de quienes huyen. Ya es famosa la campaña #refugeeswellcome, entre otras, que se expandió por las redes sociales para advertir de que sí, que los refugiados son bienvenidos y se les quiere acoger. El propio Ayuntamiento de Madrid tiene una pancarta con esta inscripción colgada de la fachada principal del consistorio, en la madrileña plaza de Cibeles y la alcaldesa, Manuela Carmena, anunció una partida de 10 millones de euros para colaborar con la recepción de estos desplazados.

Por desgracia, la acogida sigue siendo más urgente que nunca ya que el flujo de migrantes y solicitantes de asilo y refugio no cesa, del mismo modo que no lo hacen los conflictos que empujan a todas estas personas a abandonar sus países. Y atendiendo a esta necesidad,las obras sociales de la Compañía de Jesús han decidido unirse con una acciónque pretende facilitar un poco las cosas con una respuesta integral. Se llama Campaña Hospitalidad y la presentan hoy jueves en Madrid. Hospitalidad quiere ser "una llamada a la acogida, a la promoción de una cultura de solidaridad y a la inclusión de las personas migrantes y refugiadas que están llegando a nuestras fronteras, sin olvidar a las que no pudieron escapar de los conflictos y a quienes están en países en tránsito".

La campaña se llevará a cabo desde cuatro ámbitos de acción: acogida, cooperación, sensibilización e incidencia. Así describen estos puntos desde la Compañía de Jesús:

  • Acogida: Para que las personas se conviertan en un miembro más de la familia en pie de igualdad y no en alguien que recibe un servicio. Entendemos la acogida como compartir vida mediante una presencia cotidiana y real, que incluya integración en los barrios y comunidades no sólo a corto plazo. Esto se llevará a cabo de tres maneras. La primera consisten en acoger a una persona o una familia durante un tiempo de entre tres y seis meses como si fuera un miembro más. La segunda pasa por ofrecer casas vacías, dependencias parroquiales y otros establecimientos, una medida especialmente adecuada, creen, para familias completas. En este caso, los beneficiarios contarán con el acompañamiento de un tutor. La tercera son los alojamientos de emergencia para personas que necesitan pernoctar una o dos noches antes de seguir viajando hacia otros destinos o, también, para aquellos que requieran alojamiento durante periodos breves, mientras realizan trámites administrativos de entrada a otros países, por ejemplo.
  • Cooperación internacional: Como ya se venía haciando antes, se seguirá apoyando al Servicio Jesuita a Refugiados. "No olvidamos a los que no pudieron escapar del conflicto, así como a aquellos que están en tránsito buscando una vida digna y segura", dice la organización.
  • Sensibilización y comunicación: Queremos contribuir a que nuestra sociedad comprenda las causas que motivan la movilidad humana para generar una cultura de solidaridad e inclusión con todas las personas migrantes y refugiadas con el fin de prevenir el racismo y la xenofobia.
  • Incidencia pública: Estamos presentes en debates para incidir en el logro de unas políticas migratorias justas. Este trabajo de incidencia pública incluye investigación y análisis para cambiar las políticas estatales e internacionales.

Durante la presentación de la campaña, Cristina Manzanedo, responsable de incidencia del SJM, destacó que se quiere poner especial atención en la Frontera Sur, en las personas que ya están entre nosotros y en la falta de coordinación de la respuesta europea. Mariana Morales, coordinadora del servicio de acogida en Madrid, leyó el testimonio de una familia sudanesa refugiada en la capital tras pasar por varios países, por mafias de tráfico de personas y por ver vulnerados sus derechos más fundamentales. "Lo han pasado muy mal en su país, no quieren hablar de lo que ocurrió", afirmó. Esta es la prueba del estado psicológico en el que llegan las personas refugiadas, desorientadas y con miedo a hablar.

Comentarios

Me parece que en este problema de las migraciones de personas a un nivel tan alto y dramático, es un problema de estado/s más que de la iglesia, aunque puedan ponerse en común acuerdo para solucionarlo; aunque en España parece que a nivel político de olviden del tema, con lo cual dá lugar a que sea la Iglesia la que tome cartas en el asunto, creo , tal como se apuntaba por ahí, que es en los municipios onde debe existir todas las ayudas posibles para estas personas y es aqui donde puede unirse las acciones de ambas instituciones, sin embargo los municipìos deben estar apoyados, sin discusión alguna, desde el Estado y no ya económicamente, sino en otros muchos otros aspectos, como son de profesionales de distinto tipo: psicólogos, maestros, sanitarios, etc...
Me parece que en este problema de las migraciones de personas a un nivel tan alto y dramático, es un problema de estado/s más que de la iglesia, aunque puedan ponerse en común acuerdo para solucionarlo; aunque en España parece que a nivel político de olviden del tema, con lo cual dá lugar a que sea la Iglesia la que tome cartas en el asunto, creo , tal como se apuntaba por ahí, que es en los municipios onde debe existir todas las ayudas posibles para estas personas y es aqui donde puede unirse las acciones de ambas instituciones, sin embargo los municipìos deben estar apoyados, sin discusión alguna, desde el Estado y no ya económicamente, sino en otros muchos otros aspectos, como son de profesionales de distinto tipo: psicólogos, maestros, sanitarios, etc...

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Sobre la firma

Lola Hierro
Periodista de la sección de Internacional, está especializada en migraciones, derechos humanos y desarrollo. Trabaja en EL PAÍS desde 2013 y ha desempeñado la mayor parte de su trabajo en África subsahariana. Sus reportajes han recibido diversos galardones y es autora del libro ‘El tiempo detenido y otras historias de África’.

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