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Porque lo digo yo
Columna
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Artur CGI

Artur Mas es así: una proyección CGI sin carne y hueso detrás. Puedes diseñarlo de derecha nacionalista o de izquierda revolucionaria

Artur Mas durante su comparecencia en el Palau de la Generalitat.
Artur Mas durante su comparecencia en el Palau de la Generalitat.GIANLUCA BATTISTA

Las dos películas más taquilleras de 2015 no tienen protagonistas. Sus papeles principales fueron encarnados por animaciones en ordenador llamadas CGI.

La mayoría de los enormes monstruos de Jurassic World nunca pisaron la tierra. Fueron sobrepuestos digitalmente. En su trama, los saurios reales restaurados genéticamente aburren al público del parque temático. Con el fin de vender entradas, hace falta crear en el laboratorio bichos nuevos y más aterradores. Pues eso mismo hizo Spielberg en el ordenador: corregir a esa aburrida directora de arte llamada Naturaleza.

Más sorprendente resulta el caso de Fast & Furious 7, y no solo porque hayan hecho siete películas como esa, sino porque la criatura animada es un ser humano. A mitad del rodaje, el protagonista Paul Walker falleció en un accidente. Para no cancelar la producción, sus escenas faltantes se completaron usando a los hermanos del actor. Sobre la base de esos rostros y cuerpos similares, se proyectó digitalmente al fallecido. Cuando Walker sonríe, no sonríe él, sino un ordenador. Cuando llora, lo hace una pantalla sin vida. Y da lo mismo: no es posible distinguir las escenas humanas de las CGI.

Artur Mas es así: una proyección CGI sin carne y hueso detrás. Puedes diseñarlo de derecha nacionalista o de izquierda revolucionaria. Jura que las elecciones no son una subasta, y luego las subasta. Afirma que ha ganado en las urnas y luego corrige a las urnas. Se resiste a dejar de ser líder... y un día ya no es el líder. Su pantalla admite cualquier imagen porque, como demuestran los taquillazos de acción y aventura, para tener público no hace falta ser real.

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