Todo comenzó por Ceuta

A la mayoría de la gente le puede sorprender que una de las principales arterias de Lisboa lleve el nombre de Ceuta, y que esta ciudad española le dedique una rúa al gran escritor Luis de Camoens. Pero si se juntan las sagradas banderas de una y otra ciudad, parecerán la misma. Ambas blanquinegras, ambas a gajos, y compartiendo símbolos del escudo. Muchas casualidades. Todo porque antes de ser española, y después de ser musulmana, Ceuta fue portuguesa.

Lisboa —más que Ceuta, es cierto— conmemora en este mes el 600º aniversario de la conquista de la ciudad africana; pero más que en la incidencia de la “conquista” o la “batalla”, los organismos oficiales portugueses quieren recordar que Ceuta fue preludio a su expansión ultramarina, a su más glorioso pasado con sus “navegantes” —aquí lo de “conquistadores” no se estila— descubriendo todos los mares y continentes hubiera o no mapas.

La conquista de Ceuta fue rápida, aunque no incruenta, hecho al parecer determinante para que la ciudad española disolviera una comisión creada para tales faustos. Henrique, El Navegante, se personó en la ciudad con más de 30.000 hombres a bordo de 270 navíos. El 3 de diciembre, Ceuta era oficialmente portuguesa, para lo cual dejó allí a 2.500 soldados, que comenzaron a levantar murallas y a darle a la ciudad un planeamiento urbanístico, germen del actual. Fueron más de dos siglos de presencia lusa en Ceuta. La fundación creada en 2010 para los actos conmemorativos, Crisol de Culturas 2015, se eliminó para ser políticamente correctos y no recordar sucesos que pudieran herir susceptibilidades; así que el alcalde de la ciudad española optó por desplazarse a Lisboa para recordar el aniversario de la entrada de Ceuta en la modernidad. Hoy, la ciudad tiene 80.000 habitantes, la tercera parte, musulmanes, y solo 60 portugueses.

La magna exposición de Lisboa no añora una conquista histórica cualquiera sino el arrojo de unos gobernantes que prefirieron buscar su futuro en lo desconocido antes que aferrarse a la poltrona.