10 sitios para la cena de empresa mejor que el que eligió tu jefe
Se acerca unacontecimiento terrorífico: la inevitable cena de Navidad de empresa. ¿Será tan peñazo como la del año pasado? ¿Volverá el jefe de recursos humanos a bailar I will survivie sobre la mesa? ¿Se celebrará otra vez en Casa Manolo, conun apasionante menú a base deentrantes fríos, un triste plato principal y polvorones de postre?Este año dale un corte de mangas a tu jefe. Aquí van diez lugares maravillosos donde cené alguna vez, mucho más glamurosos que Casa Manolo. Por soñar... que no quede (y además es gratis).
1. The Rock, Zanzibar (Tanzania)
El restaurante más iconográfico deÁfricase encuentra en Zanzibar, montado sobre una roca de coral en una playa paradisiaca en la costa este de la isla. Cuando sube la marea hay que remar para llegar. Pescado y comida tradicional tanzana. Una apuesta segura si queremos evitar las típicas croquetas congeladas.
2.Rovaniemi, Laponia finlandesa
Puede parecer una postal, pero esta es la vista que tenía durante la cena de la pasada Nochevieja a través de la cristalera del restaurante del hotel Lapland Sky Ounasvaara, situado sobre una colina que domina la ciudad y la llanura lapona. Y no es una excepción: muchos restaurantes y hoteles de esta ciudad del Círculo Polar Ártico tienen esta misma vista. ¡Laponia en inviernoes como para ponerle un marco!
Frisco, la ciudad de Keruak y Ginsberg, es abierta, soleada, de fuerte herencia hispana ycondenada a sufrir antes o después un nuevo terremoto. (¡ya sería mala suerte que tocara el día de la cena de empresa!). Recuerdo con nostalgia una cena en el restaurante Scoma's, en Sausalito, una población residencialal otro lado del Golden Gate. La vista de la bahía de San Fransico por la noche -la de la foto- justificaba el desorbitado precio de una botella de vino.
4. En un barco porla Antártida
Reconozco que esta cena sale por algo más de 35 eurospor cabeza. Pero sentarteen el restaurante de uno de los barcos que viaja a la Antártida, en unacubierta acristalada viendo pasar icebergs, focas y ballenas mientras le metes mano a los polvorones.... ¡no tiene precio! La foto está hecha a bordo del Fram, un rompehielos dela compañía noruega Hurtigruten, en el que viajéa la Antártida en 2011.
5. Menú romantico para dos en un canal de Francia
Una de las maneras más divertidas de explorar Francia es alquilando un barco-vivienda (que conduces tú mismo) en uno de los muchos canales navegables que hay en el país. Éste es el río Charentes, que riega la región de Cognac. Pedimos la cena a un restaurante cercano, que nos la trajo al barco con todo lujo de detalles. ¡Los franceses son así de exquisitos para sus cosas!
6. Una barbacoa en el Okavango (Botswana)
Vale, todo no va a ser lujo y confort. ¿Qué tal una cena en sillas plegables y rebozados en polvo en torno a un fuego en una isla del delta del Okavango, en Botswana, oyendo rugir a los hipopótamos en una charca cercana? Si te aparecen Meryl Streep y Robert Redford a los postres... te lo crees. El único problema es que el bar de copas más cercano para seguir la fiesta queda a dos mil kilómetros.
7. Una copa de merlot en Ciudad del Cabo (Sudáfrica)
Una de las ciudades más bonitas y agradables que he conocido en mi vida es Ciudad del Cabo. Y la hace más agradable aún su clima y el estilo de vida de los sudafricanos, tan cercano al del Mediterráneo. Les encanta cenar al aire libre, el buen vino, la conversación. Ésta foto es el preludio de una cena memorable en un restaurante cuyo nombre no recuerdo (¡lo siento!) a las afueras de Cape Town, con vistas a la península del Cabo y buena compañía. ¡Memorable!
8. Mesa y mantel en una laguna coralina (Polinesia Francesa)
¿Qué tal llevar la cena de Navidad a "otra nivel"? El colmo del lujo con buen gusto que he disfrutado en mi vida fue navegando en un pequeño crucero por Tahití. Una noche la tripulación nos preparó una cena con antorchas en una playa desierta de la isla de Huahine. Al que le toque organizar esta "cena de empresa" decirle de antemano que se las verá canutas: hay que desplazar hasta la arena al cocinero francés y sus ayudantes, todos los fogones, camareros, vajilla, antorchas, mesas, sillasyuna pantalla gigante sobre la que se proyectaban danzas y música tradicional tahitiana... (ésta tampoco sale por 35 euros, obviamente)
9. Mercado de pescado de Tokio, Japón
DeTsukiji, la lonja mayorista de pescado de Tokio, sale cada mañana el pescado fresco con el que sepreparará sushi en restaurantes y comercios de la capital nipona. Pasear por sus hangares es un verdadero máster intensivo en vida marina: no había visto tanto pescado junto en mi vida. En un lado del complejo se encuentran unos pequeños bares, donde apenas caben diez comensales, en los que preparan el mejor sushi que jamás probarás en tu vida. Las colas para entrar son tanlargas comopara comprar lotería en Doña Manolita.Pero merece la pena.
10. Y de postre...Cartagena de Indias (Colombia)
Todos tenemos algún amigo que pasa de las cenas porque lo único que le gusta es el dulce. Pas deprobleme, aquí tenemos destinos para todos. Para terminar estaselección de la manera más dulce, un recorrido por los puestos callejeros de la plaza de los Carros en Cartagena de Indiassiguiendo los pasos literarios de García Marquez: conservitas de leche, caballitos depapayay y panderitos de yucacomo los que compraba Fermina Adazaen El amor en los tiempos del cólera.
Todas las fotos© paco nadal
Comentarios
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.