La guerra del futuro se libra hoy en 'Call of duty: Black Ops III'
La nueva entrega de la sacrosanta saga de videojuegos no se parece a las anteriores. Hay más tecnologia. Hay más personajes. Es mejor
Llegó la hora. El momento del año que más de 175 millones de jugadores espera. El momento de desenfundar el armamento pesado. El momento de decirle adiós a mamá, a la novia y a el pobre perro. Toca ir a la guerra. Y la guerra se llama Call of duty. Black ops III.
Hay novedades este año. Ya desde la primera misión, descubrimos que ya no estamos en el mundo conocido. El futuro, el del Internet de las cosas, los ponibles, el big data, las mentes colmena y las tablets everywhere se dibuja en tu pantalla HD con unos gráficos de videopeli. Y para los que jueguen en una Play 4, a frotarse las manos. Porque los DLC'S (los extras añadidos) llegarán un mes antes que al resto de versiones.
Ya desde la primera misión, descubrimos que ya no estamos en el mundo conocido. Estamos en el futuro del Internet de las cosas, los ponibles, el big data, las mentes colmena y las tablets
Otoño de 2065. Eres un tío o una tía sin nombre en un mundo en que los implantes neuronales son posibles, en el que se pueden remplazar brazos y piernas por extremidades neumáticas, en el que tu cerebro es tan cool que puede conectarse a un enjambre de drones y provocar mil y una masacres. La cosa es que al mundo no le va bien. El cambio climático genera supertormentas. Singapur es un hervidero de la peor mafia terrorista del mundo, los 54 Inmortales. Y tú trabajas para la CIA y te toca lidiar con todo el embolao.
No estás solo, por supuesto. Leyendas de la tele te acompañan. Si te acuerdas de Battlestar galactica, ese remake que supo a gloria bendita en sus cuatro temporadas, te encontrarás con la rubia Kate Sackhoff acompañándote en las misiones. Christopher Meloni, el Elliot Stabler de Ley y orden, también está en la fiesta. Y un grande de la ciencia ficción, el Ben Browder que nos regaló el inolvidable John Crichton de Farscape, también aparece. Porque los videojuegos de hoy son así, con repartos de lujo para la pequeña o gran pantalla.
Si eres veterano de la saga y te crees que lo vas a tener fácil, prepárate. Olvídate del Call of duty más pasillero. Aquí la cosa va de escenarios abiertos, abrumadores, como esa Singapur bajo la madre de todas las tormentas en la que tienes que batallar con un ejército de robots. Con tu amigo Hendricks (Sean Douglas), deberás elegir las mejores posiciones de combate para no acabar hecho puré por un misil perdido. Pero tranquilo. Basta un toque a la cruceta para pasar a visión aumentada. Es decir, que cada tipo al que tienes que liquidar resalte con un naranja inconfundible y una calaverita sobre su cabeza. No tienes excusa para fallar.
Claro que este mundo de hipertecnología tiene sus cosas. Por ejemplo, que todas las armas son biométricas, como lo serán pronto nuestros móviles, tarjetas de crédito, portátiles y hasta calzoncillos. Bloqueadas salvo que tengas la correcta huella dactilar. Por lo que andar cogiendo las armas de los tipejos a los que masacres está fuera de juego. Salvo que… Salvo que te pongas a brujulear en las habilidades secretas que puedes ir desbloqueando si eres un máquina en la batalla. Entre ellas, engañar al gatillo y poder coger cualquier arma. Y las hay chulas, como el Man on war, un fusil de asalto que te viene con una mira telescópica capaz de resaltar a los enemigos mejor que Depredador.
¿Que te cansas de tanta historia? No te preocupas que hay multijugador para rato. Y zombis. Más currado que nunca el modo de machacar muertos vivientes. El ambiente es digno de una peli noir de Humphrey Bogart. Y los protagonistas, una cuadrilla de auténticos cabrones. Una actriz asesina sin escrúpulos, un boxeador tramposo y homicida, un mago viudo por su propia mano... Te lanzas con ellos al tajo en lo que parece la versión febril del Chicago de Capone. Y eso, a matar zombis. Con cosas tan guays como un potenciador que te permite convertirte en una pesadilla tentacular y dar una cera bestial durante unos segundos. Si tuvieran algo parecido en The walking dead, los podridos no hubieran durado ni media temporada.
Call of duty. Black ops III no es el Call of duty de siempre. Es un paseito por el infierno que puede ser la guerra del futuro a corto plazo. Pero claro, desde el sofá y sabiendo que por muchos tiros que te metan, acabarás ganando. Así que coge el fusil, dile adiós al perro y cómprate unos cuantos drones. Te van a hacer falta.
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