Grupos LGTB acusan de transfobia a ‘Zoolander 2’

Ben Stiller comenzó la promoción de la segunda parte de su éxito Zoolander en un desfile de Valentino el pasado marzo. Junto al otro protagonista de la película, Owen Wilson —quien interpreta a Hansel McDonald—, se plantó sobre la pasarela con actitud chulesca y su fría mirada, más conocida como "la pose Zoolander" y vistiendo un abrigo de la colección del diseñador italiano. A pesar de este pequeño guiño a la secuela, no fue hasta la semana pasada cuando se estrenó, para deleitar a los ansiosos fans, el tráiler de Zoolander 2. Pero no todos lo han recibido igual de bien.

Sarah Rose, una activista LGTB, ha iniciado una petición online invitando a boicotear el estreno de la película de Ben Stiller porque, según dice, "el personaje andrógino interpretado por Benedict Cumberbatch es una representación ofensiva de los individuos transexuales". La protesta, que ya ha conseguido el apoyo de más de 12.500 firmas (el objetivo son 13.000), está motivada por un diálogo que mantienen Dereck Zoolander y Hansel con Cumberbatch, a quién preguntan si es "un modelo masculino o femenino" y si tiene "perrito caliente o bollito". 

Rose ha explicado que "esta burla caricaturesca es el equivalente moderno de pintar la cara de negro a un actor blanco para interpretar a un personaje de color". También ha sugerido a la productora Paramount Pictures que si lo que querían era "proporcionar un individuo transexual de la industria de la moda, podrían haber invitado al film a modelos como Andrea Pejic". 

Lo cierto es que Zoolander no solo caricaturiza a los andróginos, sino que también lo hace con la inteligencia de los modelos, la competencia entre ellos, la vergüenza de unos padres por tener un hijo maniquí y hasta al cantante Justin Bieber. Es decir, todo un refrito de tópicos de la industria de la moda que es mejor tomarse en clave de humor.