Cookie Lyon, el último icono
Taraji P. Henson da vida a la emperatriz del ‘bling bling’ por su papel en ‘Empire’ y se convierte en la nueva Sarah Jessica Parker
Pantalones de encaje, body transparente de Balmain sobre un sujetador negro, zarcillos triples en las orejas y un cinturón con la hebilla del tamaño de un iPhone Plus. Esa es la clase de conjunto que Cookie Lyon llamaría “informal”, de diario. El personaje de Taraji P. Henson en la serie Empire ha ido ganando protagonismo a medida que aumentaba su capacidad para generar memes en Internet y aumentaba su fondo de armario en paralelo.
Como icono de moda televisivo, Lyon está más cerca de Alexis Carrington, de Dinastía, o de Carrie Bradshaw, de Sexo en Nueva York, con quien comparte el amor por las marcas de lujo y los tacones altísimos que de Olivia Pope, la otra afroamericana más prominente de la televisión. Si Pope, la protagonista de Scandal, ama el cachemir, la de Empire prefiere el lúrex. A Pope le conquista un abrigo de corte impecable de Max Mara, a ser posible en blanco o beige; a Lyon un buen chaquetón de pieles sintéticas, mejor si es teñido en fucsia.
Aunque la serie ambientada en el mundo del hip hop, uno de los mayores éxitos de la televisión actual —a diferencia de muchas otras ficciones que generan ruido mediático, esta sí dispara los audímetros, por lo menos en Estados Unidos—, ya daba mucha importancia al vestuario desde el principio, en la segunda temporada ha introducido nuevos guiños a ese segmento de espectadores que solo esperan a cada capítulo para comentar en las redes los estilismos de Taraji P. Henson. En uno de los episodios hizo un cameo André Leon Talley, el crítico de moda afroamericano y antiguo colaborador de Anna Wintour, que se cruza con Lyon en un concierto benéfico, la mira de arriba abajo y sentencia: “Gucci…temporada pasada”. Además, Fox, la cadena que emite la serie, ha incorporado a su web una sección llamada el armario de Cookie, donde se detallan todas las prendas que Henson luce en cada escena de la serie y hasta se ofrecen alternativas más baratas. Así, quien no disponga de 1.860 euros para unas sandalias de tacón de Rochas, igual puede comprarse la versión de Steve Madden, por 70.
El director de vestuario de la serie, Paolo Nieddu, que fue precisamente ayudante de Patricia Field en Sexo en Nueva York, admite que Cookie es su personaje preferido y que trabaja pensando en las redes sociales. “Cuando preparo los estilismos pienso ‘esto va a romper Instagram’, ‘esto seguro que va directo a Saturday Night Live’ o ‘esto va a ser un disfraz de Halloween”, confesó al portal Fashionista. Aunque su departamento tiene un presupuesto de vestuario relativamente modesto, ayudan los múltiples préstamos que hacen las marcas, encantadas de aparecer en la serie. El diseñador Jeremy Scott, seguidor de la ficción, no dudó en ceder la chaqueta de patchwork vaquero que Henson lleva en una visita a la cárcel y que pudo verse en el muy visionado tráiler de la segunda temporada. La actriz también ha lucido Fendi, Tom Ford, Aquazzurra, Giuseppe Zannotti, Jimmy Choo y Balmain, mucho Balmain. Por algo la marca preferida de las Kardashian se ha convertido en sinónimo de estilo bling bling.
Cuando Empire aún no se había convertido en el fenómeno que es ahora, los encargados de vestuario tiraron también del armario particular de Monique Mosley, la mujer del productor Timbaland, asesor musical de la serie. Y algunas de las pieles salieron directamente del armario de la actriz Janet Bailey, que en los setenta estuvo casada con un miembro de Earth, Wind & Fire y es suegra de una de las estilistas.
La marca Hood By Air, el colectivo de creadores que busca cuestionar los límites de la moda comercial que lidera el diseñador Shayne Oliver, ha lanzado una colección cápsula de homenaje a Cookie en colaboración con Fox, algo así como merchandising para obsesos de la moda. Hay prendas con la cara de Henson y otras con estampados de sus frases míticas, como “quiero lo que es mío”. También reproducen el bolso en forma de almohada de satén con el que el personaje de Henson casi ahoga a su exmarido, el magnate de la música Lucious Lyon. La propia Cookie no llevaría jamás una de esas prendas, con un precio que va de los 14 a los 280 euros, ya que tienen el corte habitual de Hood by Air: camisetas y sudaderas holgadas, kimonos y petos unisex. Cualquier cosa es posible en la exagerada Empire, menos que la matriarca se ponga un mono XXL.
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