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El armario de Margaret Thatcher divide a los británicos

El Museo Victoria and Albert comprará ropa de la política que saldrá a subasta en Christie's

La exprimera ministra Margaret Thatcher en 1990.
La exprimera ministra Margaret Thatcher en 1990. Peter Kemp (AP)

Era una buena historia. Los medios británicos informaron de que el Victoria and Albert, museo londinense de arte y diseño, había declinado la compra del armario de Margaret Thatcher, alegando que solo adquieren piezas de destacado valor estético o calidad técnica. Una manera educada de decir —esto es Inglaterra— que la ropa de la dama de hierro no tenía la categoría suficiente para ser exhibida en su museo. Las opiniones a favor y en contra no tardaron en llegar. Críticos de moda, como Alexander Fury, del diario The Independent, aplaudieron la decisión. En cambio, figuras del partido conservador como el alcalde de Londres Boris Johnson y el secretario de cultura, John Whittingdale, la lamentaron. La irreverente diseñadora Vivienne Westwood, muy crítica con la política conservadora, también tomó parte en el debate y afirmó que, aunque no es fan suya, es innegable que la política vestía bien y tenía un gusto "fantástico". Dos años y medio después de su muerte, la ex primera ministra sigue dividiendo a los británicos.

El debate fue caldeándose hasta que Nicholas Coleridge, presidente de la institución, negó la noticia durante una entrevista en la radio de la BBC . Era imposible que hubiesen dejado pasar la oportunidad, dijo, porque nunca recibieron una oferta formal de los hijos de Thatcher, Carol y Mark. Coleridge, que a su vez preside el grupo editorial Condé Nast, se mostró "sorprendido y estupefacto" por la información difundida en primer lugar por el Daily Telegraph. Confirmó que se mantuvieron conversaciones informales con la familia Thatcher hará unos tres o cuatro años, pero que nunca se recibió una oferta firme, algo que Carol Thatcher corroboró en una conversación personal con Coleridge.

Es posible que el jaleo haya llevado al Victoria and Albert a cambiar de postura, y ahora resulta probable que el museo termine adquiriendo alguna prenda de la única primer ministro mujer que ha tenido Reino Unido. Coleridge declaró que su equipo está interesado y considera comprar alguna prenda. "Lady Thatcher utilizó la moda como arma política y conocía el poder de la ropa", anunció. "Sería apropiado que uno o dos de sus vestidos y bolsos se mostrasen junto a la ropa de Isabel I y la camisa que Carlos I llevó en su ejecución". 

A la derecha, Margaret Thatcher en 1990 con el expresidente de Francia Francois Mitterand. Y a la izquierda, la exprimera ministra con la reina Isabel II en su 70 cumpleaños.
A la derecha, Margaret Thatcher en 1990 con el expresidente de Francia Francois Mitterand. Y a la izquierda, la exprimera ministra con la reina Isabel II en su 70 cumpleaños.GEORGES BENDRIHEM/ADAM BUTLER (AFP)

Los efectos personales de la ex primera ministra saldrán a la venta en diciembre en la casa  Christie´s, divididos entre una subasta online y una en directo. Entre los 350 lotes está uno sus bolsos Launer de cuero azul marino, similar al que en 2011 se vendió con fines benéficos por 25.000 libras (unos 35.000 euros). La dirigente tenía tanto apego a sus bolsos que durante la década de los ochenta se acuñó el verbo "bolsear" para definir un ataque implacable, en alusión a la actitud despiadada y enérgica de Thatcher en las reuniones de gobierno.

Como hija de costurera, Thatcher era consciente de la importancia de su atuendo. A medida en la que fue haciéndose más poderosa, fue depurando su estilo; apartó los sombreros, las blusas de lazada y los adornos y se decantó por trajes de chaqueta sobrios que ejercían de armadura política. El collar de perlas fue de lo único que no se desprendió. Sus asesores de imagen le aconsejaron que lo guardase en el joyero, pero ella se negó al tratarse de un regalo de su marido Denis cuando nacieron sus gemelos. No todo el vestuario de la gobernante se componía de funcionales trajes de chaqueta. La venta de Christie´s incluye su vestido de novia de terciopelo azul (precisamente el color del partido tory) que combinó con un tocado de plumas de avestruz, así como un collar art decó de esmeraldas y diamantes de Chaumet con un precio estimado de 250.000 euros.

Las subasta seguirá avivando el debate en torno a una figura que levanta unas pasiones poco comunes en una sociedad tan atemperada como la británica.

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