La cárcel más desconocida

La primera directora de Instituciones Penitenciarias, Victoria Kent, mandó construir una cárcel de mujeres en unos solares de Ventas en la que las reclusas fueran tratadas con cierta dignidad. Quería erradicar el hacinamiento y la suciedad que había en el penal de la calle de Quiñones, cerca de la calle de San Bernardo. Su proyecto vio la luz en 1933 con un edificio que convertía la prisión en un modelo, con estancia para las madres con hijos, enfermería e incluso terrazas en las que poder tomar el sol. La llegada del franquismo convirtió el edificio en un penal llega de reclusas. De ahí salieron las Trece Rosas, que fueron fusiladas en una de las tapias del cementerio de la Almudena. El inmueble, del que no queda ni una placa conmemorativa, fue demolido tras ser vendido el solar por el Ministerio de Justicia. La historia de este penal se puede ver hasta el sábado en el centro cultural Fuente del Berro.
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