Halloween: 12 lugares malditos
Iglesia de San Jorge en Lukova, República Checa. / Getty
Ni truco ni trato, hoy toca gritar. Doce veces.
Abre los ojos
Catacumbas de Palermo (Sicilia, Italia)
El habitante más famoso de las catacumbas de Palermo (Sicilia), un lugar espeluznante que tiene la propiedad de momificar los cadáveres, es una niña pequeña. Rosalía Lombardo, “La Bella Durmiente”, murió de neumonía el 6 de diciembre de 1920, siete días antes de su tercer cumpleaños. Rosalía se hizo famosa post mortem, cuando su inconsolable padre, Mario Lombardo, encargó al químico Alfredo Salafia que conservase su cadáver mediante una novedosa técnica de embalsamamiento inventada por él. Hizo tan bien su trabajo, que más que muerta la niña parece dormida. Y ahí no acaba la historia.
Muchos visitantes de las catacumbas aseguraban haber visto cómo sus ojos se abrían y cerraban. En 2014, utilizando la técnica de Time Lapse (serie de fotos tomadas con un lapso de tiempo) se pudo grabar este vídeo:
El templo maldito
Iglesia de San Jorge (Luková, República Checa)
Los vecinos de Luková, un pueblo cerca de Pilsen, en la República Checa, dejaron de ir a misa en 1968, cuando el techo de la iglesia de San Jorge, construida en 1352, se desplomó sobre sus cabezas durante un funeral.
Creyendo que el templo estaba maldito, fue abandonado y se convirtió en un lugar ruinoso y sombrío. Hasta el 16 de noviembre de 2014, cuando llegaron los fantasmas: treinta y dos figuras con sudarios de tamaño natural, del artista checo Jakub Hadrava, se reparten por los bancos y pasillos, haciendo de la iglesia un lugar aterrador. A los turistas les encanta.
Terror en Amityville
Amityville (Nueva York, EE UU)
Pocas lugares dan tanto miedo como la casa del 112 de Ocean Avenue en Amityville, Nueva York (EE UU).La madrugada del 15 de noviembre de 1974, el hijo mayor de la familia DeFeo, de 17 años, mató en ella a sus padres y a sus cuatro hermanos con un rifle. En su confesión a la policía, declaró que unas voces procedentes de la casa le habían empujado a hacerlo.
Fue condenado a 25 años de prisión. Menos de un mes después de los asesinatos, el 28 de diciembre de 1974, el matrimonio formado por George y Kathy Lutz se mudó, junto con sus tres hijos, de 13, 11 y nueve años, al lugar donde había ocurrido la masacre. La casa, “de estilo colonial holandés, con seis dormitorios, espacioso cuarto de estar, magnífico comedor, atrio cerrado, tres baños, sótano completo, garaje para dos coches, piscina de agua caliente y caseta para guardar las barcas”, según rezaba el anuncio de la agencia inmobiliaria, se vendía a un precio insólitamente bajo. Lo que no decía es que allí habían matado a una familia. Ni que estaba construida sobre un antiguo cementerio.
Según contaron después, desde su llegada sintieron una presencia extraña: primero fueron los ruidos; después comenzaron a aparecer manchas en las paredes y malos olores, y las ventanas se abrían y cerraban solas. ¿Goteras? ¿El váter atascado? ¿Corrientes de aire? No: poltergeist. Por si esto fuese poco, Kathy Lutz comenzó a tener pesadillas con los crímenes, a George le susurraban cosas las paredes, y los niños en ocasiones veían muertos, además de dibujos animados.
Aguantaron 28 días. Con los fenómenos paranormales que decían habar vivido los Lutz, el periodista Jay Anson publicó en 1979 la novela Horror en Amityville, a la que siguió una saga de nueve películas. Todos se forraron (menos los fantasmas), aunque los Lutz fueron acusados de fraude, los pobres.
Al final de la escalera
Raynham Hall Norfolk (Inglaterra)
Lady Dorothy "Dolly" Walpole (1686-1726), vizcondesa de Townshend, es la Paris Hilton de los fantasmas, un espectro digno de aparecer en el Hola: "Una chiquilla de una belleza excepcional que sabía usar a la perfección”, según su contemporánea la escritora y viajera Mary Wortley Montagu, a la que el éxito en el papel cuché le llegó cuando llevaba 200 años muerta.
El 19 de septiembre de 1936, dos fotógrafos londinenses, Hubert C. Provand e Indra Shira, viajaron hasta el condado de Norfolk (Inglaterra) con el encargo de hacer un reportaje de Raynham Hall, la mansión solariega de los vizcondes de Townshend, para la popular revista Country Life. Cuando se disponían a fotografiar los pisos superiores, Indra Shira creyó ver en la gran escalera de roble “una forma vaporosa que gradualmente fue adoptando el aspecto de una mujer”; como buen fotógrafo, disparó su cámara antes de pararse a pensar; al revelar la placa (trabajaban en gran formato) apareció esta imagen.
Tras ser examinada por expertos que aseguraron que no había sido manipulada (¿a nadie se le ocurrió pensar en una doble exposición?), la foto se publicó el 6 de diciembre de 1936, junto con el relato de Shira y Provand, en Country Life. Quienes conocían la historia de la casa aseguraron que se trataba del espectro de Lady Dorothy, quien, según se decía, fue emparedada viva por su esposo, Charles Townshend, en la torre sur de Raynham Hall por un quítame allá esos cuernos.
No era la primera vez que Dolly se manifestaba: en la Navidad 1835, un tal coronel Loftus, de visita en la casa, se la encontró en un pasillo cuando regresaba a su habitación de madrugada.
La describe como "una mujer de aspecto noble ataviada con un vestido de raso marrón con las cuencas de los ojos vacías" (lo que Loftus no dice es cuántas copitas de oporto se tomó antes de irse a la cama).
Otra vuelta de tuerca
Sheffield Park (East Sussex, Reino Unido)
Entre mis películas de fantasmas favoritas se encuentra Los inocentes, la adaptación de la novela de Henry James The turn of the screw (Otra vuelta de tuerca) que dirigió en 1961 Jack Clayton con Deborah Kerr interpretando a la ambigua institutriz.
Da mucho miedo, aunque casi todo sucede de día y no hay sangre. La fotografía en blanco y negro de Freddie Francis consigue transformar los luminosos jardines de Sheffield Park, en East Sussex (Inglaterra), en un lugar de pesadilla.
La colina silenciosa
Centralia (Pensilvania, EE UU)
Algunos lo conoceréis por los videojuegos de Konami; otros habréis visto las películas, o leído los cómics. Hablo de Silent Hill, la colina silenciosa.
Christopher Gans y Roger Avary, los guionistas de la saga sobre este pueblo fantasma donde siempre hay niebla y suceden cosas extrañas, se inspiraron en la historia real de Centralia, una pequeña ciudad minera de Pensilvania fundada en 1841 alrededor de una mina de carbón. El 27 de mayo de 1962, mientras un equipo de limpiadores quemaba residuos en el basurero, una veta de más de 13 kilómetros de largo prendió fuego. El incendio se propagó rápidamente por la superficie y el subsuelo devorando las entrañas del pueblo. Aunque los fuegos exteriores fueron controlados por los bomberos, bajo tierra sigue activo. Y los ingenieros de minas calculan que podría seguir ardiendo al menos durante otros 250 años más.
Las emanaciones tóxicas obligaron a desalojar Centralia en 1984 y a reubicar a los vecinos en otros lugares. Todd Domboski, un chico de 12 años, murió al caer por una grieta que se abrió de repente bajo sus pies. Dicen que aún se le ve por allí, paseando por la carretera, entre la niebla.
Granja de muertos
Rancho Freeman (Texas, EE UU)
En este centro de investigación de antropología forense, los cadáveres se dejan pudrir al aire libre para “reconstruir el intervalo desde el momento de la muerte y los estudios relacionados con la descomposición del cuerpo humano”, es decir, hasta que solo quedan los huesos mondos y lirondos. Gil Grissom (CSI) y la doctora Temperance "Bones" Brennan, pasan allí sus vacaciones. Admiten donaciones. De cuerpos.
La condesa sangrienta
Cachtice (Eslovaquia)
En lo alto de los Cárpatos, las almenas del castillo de Cachtice guardan una historia sangrienta. Allí vivió a finales del siglo XVI Elizabeth Báthory (1560-1614), perteneciente a una antigua dinastía de voivodas (príncipes) transilvanos y bautizada por la leyenda como la Condesa Sangrienta porque torturó y asesinó a unas 600 muchachas para bañarse en su sangre –-tenía la fea costumbre de morderlas en los pechos y en el cuello-- y mantenerse hermosa.
Su propio hijo, el conde Thurzo, horrorizado por las cosas que contaban de mamá, cabalgó hasta el castillo un gélido día de invierno y la emparedó en una torre, donde murió cuatro años después. La historia ha inspirado varias películas de miedo y erotismo, como la mítica cinta de Jess Franco Vampiros lesbos o uno de los Contes immoraux de Walerian Borowczyk, donde Paloma Picasso interpretaba a la condesa.
La virgen rubia
Santa María della Vittoria (Roma)
La iglesia romana de Santa María della Vittoria es conocida por albergar el Éxtasis de Santa Teresa (Entre 1647 y 1651), la obra maestra de Bernini y una de las esculturas más sensuales del arte. Justo enfrente, en una urna de cristal, yace la figura de una joven rubia coronada de rosas blancas: Santa Vittoria, virgen y martir.
Parece una muñeca de cera de tamaño natural, pero si se mira de cerca, se ven los dientes de una calavera asomando en su boca entreabierta: bajo el maquillaje de cera y la peluca de auténticos cabellos humanos está Vittoria. Te manda besitos.
El bosque de los ahorcados
Aokigahara (Japón)
“Busca ayuda y no atravieses este lugar solo”. Carteles en japonés con advertencias como esta señalan los accesos al bosque de Aokigahara, una masa forestal de 35 hectáreas en las laderas del monte Fuji, no lejos de Tokio. Cada año, casi un centenar de personas elige este lugar para quitarse la vida, y el bosque es tan denso y silencioso que a veces se tardan años en encontrar los cadáveres.
Las leyendas dicen que Aokigahara está habitado por yureis, la versión japonesa de los fantasmas, y que en los árboles viven demonios malignos que impiden abandonar el bosque a quienes se adentran en él.
Perdidos en el laberinto
Bara Imambara de Lucknow (Utar Pradesh, India)
Los libros de viaje recomiendan contratar un guía para visitar el Bhul Bhulaiya (laberinto) del palacio Bara Imambara de Lucknow (Utar Pradesh, India), construido en 1784 por Asaf-ud-Daulah, nawab (gobernante o virrey musulmán) de Lucknow (India).
Cuatrocientos ochenta y nueve corredores idénticos a diferentes alturas conducen a pasajes sin salida o a balcones abiertos al vacío; un dédalo que se prolonga bajo el palacio a lo largo de kilómetros de escaleras, túneles y pasadizos subterráneos. Algunos jamás encontraron la salida.
Moda para zombies
Museo de las momias de Guanajuato (México)
Desde hace más de un siglo, en el cementerio de Guanajuato (México) aparecen cadáveres incorruptos. En 1865 se descubrió el primer cuerpo momificado, y ya se han encontrado más de un centenar en las mismas condiciones, preservados por las características del suelo donde fueron enterrados.
Estos muertos se exhiben en el museo de las momias de Guanajuato, un muestrario de los horrores que aparece en películas como Nosferatu, vampiro de la noche, de Werner Herzog (1979), o algunas de la saga mexicana Santo, el Enmascarado de Plata. Las momias, de todas las edades, llevan ropas contemporáneas, lo que las hace más aterradoras si cabe.
Buenas noches.
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